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Juan Ortega, el torero fugado de su boda, reaparece fuera de España

El diestro ha sido localizado en Portugal, según informan en ‘Fiesta’, donde estaría preparando su vuelta al ruedo en febrero.

Juan Ortega, el torero fugado de su boda, reaparece fuera de España

Era una de las incógnitas del último mes del año. Y ha llegado como aconteció aquello que le colocó en la primera línea mediática: de manera espontánea y sin que nadie se lo esperase. Juan Ortega, el torero que se fugó de su propia boda a principios de diciembre, levantando tras de sí un polvoriento barracón de teorías que buscaban ahondar en los motivos de su huida, ha vuelto a aparecer después de más de tres semanas en las que su paradero fuera completamente desconocido. Y lo ha hecho en Portugal.

El programa que ha destapado su localización ha sido Fiesta. Allí, Mónika Vergara ha insistido en que el encontrarle ha sido “una labor complicada”, pero que esta dificultad guardaba relación con el hecho de que hubiera traspasado la frontera. “Está en Portugal desde el pasado 13 de diciembre, es cuando consiguió darnos esquinazo y salir del país”, ha explicado, antes de vacilar con una de las pistas que, prácticamente, evidenciaban este dato: “por eso yo le llamaba y sonaba rollo internacional”.

Una finca cercana a Lisboa para “entrenar”

Ha ido más allá. Vergara ha confirmado que el diestro se encuentra en “Porto Alto, en una finca de un ganadero y viejo conocido suyo”. Este lugar está emplazado cerca de Lisboa, un poco más al este de la Reserva Natural del estuario del Tajo, y sería el escogido por Ortega para pulir sus dotes en el ruedo con la vista fija en el calendario: “está entrenando porque el 11 de febrero vuelve a los ruedos y hay muchas expectativas sobre él”.

Es cierto. El regreso del torero a la plaza es uno de los eventos sobre los que más se ha especulado en la prensa del corazón durante el último mes, ya que supone dar la cara al público y erguirse ante todo un graderío después de lo acontecido en su casi boda. “Ha cambiado de país para no estar pendiente de los medios. No ve la tele ni tiene teléfono”, revela la periodista.

La concentración a la que se habría entregado Ortega habría encontrado un fiable cómplice en aquel amigo ganadero, que “le ha brindado la protección que necesita” ante el aluvión de cámaras que esperaban su aparición y que hoy han descubierto que se ha dado, sí, pero fuera de España.