José Mourinho: la discreta vida personal del polémico entrenador

O lo amas o lo odias es una expresión que suele dedicarse a muchos personajes públicos, especialmente a algunos políticos cuyo carisma solo llega a los que piensan como ellos. Pero también hay figuras tan destacadas fuera del terreno oficial que logran este efecto. Una de ellas, sin duda, José Mourinho (Setúbal, 26 de enero de 1963), a la sazón, “el puto amo”, como le dijo Guardiola.

El entrenador, quien acaba de ser despedido de forma fulminante de la Roma, es un experto en polémicas en el plano laboral, en el del fútbol, pero, sin embargo, tiene fama de llevar una vida de lo más discreta al lado de su mujer Matilde, a quien conoce desde los 17 años y con la que se casó en 1989, pero a quien, según la prensa británica, habría sido infiel en más de una ocasión.

Juntos tienen dos hijos. La mayor, también Matilde, como su madre, trabaja en el Reino Unido como diseñadora de joyas, y hace también sus pinitos como influencer en las redes sociales, en donde posa prescribiendo todo tipo de artículos de lujo.

Por su parte, el pequeño del Maquiavelo del fútbol, apodado Zuca, pero de nombre José Mário, como su padre, sintió también el gusanillo del fútbol, como su progenitor (y su abuelo, quien fue guardameta y luego míster), y parece que con unos inicios calcados a los de este, ya que, tras intentarlo como portero en el Fulham en 2016, colgó las botas para formarse como técnico.

De fútbol a los estudios, y vuelta al fútbol

Y es que Mourinho, antes de pasar como entrenador por los banquillos de clubes de la talla de Real Madrid, Benfica, Oporto, Inter, Chelsea, Manchester, Tottenham o Roma, y de meterle el dedo en el ojo al malogrado Tito Vilanova, y de llegar a las manos con Arsène Wenger (Arsenal), y de abroncar a la miembro de su cuerpo técnico Eva Carneiro…, probó suerte como jugador.

Pasó por modestos como el Sesimbra y Os Belenenses, pero, tras ver que el talento no era suficiente para triunfar, le dio el gusto a su madre y se pasó a los estudios: Gestión Administrativa. Pero eso no le llenaba, así que volvió al deporte estudiando para ser profesor de Educación Física (y debía de ser muy atractivo porque se comenta que con él como maestro bajó el absentismo a la escuela), y sacándose después el título de entrenador.

Su gran oportunidad, tras dirigir a equipos modestos, se la dio el Sporting de Lisboa gracias a que dominaba diferentes idiomas: inglés, portugués, francés, español, catalán e italiano. Como traductor metió la cabeza donde quería y Bobby Robson le convirtió después en su mano derecha y se lo llevó al Barcelona, donde luego siguió con Louis van Gaal, hasta llegar su primera oportunidad con el Benfica y, después, con el Oporto, al que le dio una Champions, que le reportó fama mundial y le abrió las puertas a los grandes de Europa.