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Jorge Javier Vázquez, sobre su vida sexual: “Tengo muchas ganas porque no trabajo”
El presentador de televisión se ha abierto en ‘Lecturas’ acerca de las dificultades que encuentra ahora para compartir cama.
Desde que Sálvame pusiera punto y final el 23 de junio del pasado año, Jorge Javier Vázquez ha permanecido al margen de la televisión —con el único y casi efímero paréntesis de Cuentos chinos—, el tiempo libre ha reinado en su ocio. Su cabeza y su corazón se han reencontrado con algunas sensaciones y ciertos sentimientos que se habían diluido en las aguas de la rutina. De ello ha dado buena cuenta en su blog de Lecturas, reconvertido en el escaparate de su vida y en su canal de comunicación principal.
Ahora ha vuelto a pronunciarse en él para tratar, entre otras cosas, cómo esto le afecta a su vida sexual. El texto versaba sobre varios temas. Desde unas reflexiones acerca del dilema matrimonial del torero Juan Ortega hasta un análisis acerca de la figura de Antonia Dell’Ate. Y entre una y otra, un acercamiento a su situación sexual ahora que el trabajo se lo permite.
“O trabajas o tienes sexo”
Todo empieza con la reconstrucción de una conversación que mantuvo con un amigo suyo. “Hablo con J., de mi edad, y le pregunto si se está acostando con mucha gente. Él me contesta que no porque en su casa hay goteras. Y me echo a reír, claro. ‘Pero vamos a ver, J., te conozco desde hace casi 30 años. Para tener sexo hemos ido a casas que parecían postales de una posguerra”, escribe. Y aquello le hizo pensar que cuando uno tiene cierta edad “es mejor no decir que tienes muchas ganas de meneo porque espantas al personal”.
No queda ahí. Sólo había empezado. “Yo ahora tengo muchas ganas porque no trabajo”, dice, añadiendo que, a estos efectos, “el trabajo es un antídoto contra la lujuria”. Entonces establece una máxima: “o trabajas o tienes sexo, pero las dos cosas no suelen darse”. Tras estas confesiones, se abre en canal: “uno de los principales problemas a los que me enfrento en esta etapa de mi vida es la ausencia de agenda para desfogarme”.
Y es que, tal y como él mismo dice, le ha dedicado “tantas horas al trabajo” que ahora se ve “sin nadie a quien recurrir para pasar un rato de asueto sexual”. Y va más allá. “No recuerdo la última vez que dormí abrazado a alguien y es algo que me quita un poco el sueño”, piensa en tinta digital. Luego sentencia virando el tema del sexo a lo que realmente le hace pensar por las noches: “no ya encontrar el amor sino compañeros de cama”.