Jorge Javier Vázquez, sobre el papel de Kiko Matamoros en ‘Sálvese quien pueda’: “Ya no cuela”

Desde que el barco de Sálvame abandonase el puerto al que llevaba lustros atracado, el de Telecinco, para desaparecer del mar televisivo, sus antiguos colabores han emprendido una migración digna de aquellas aves de documental que cruzan el continente africano por rutina anual únicamente para pasar determinadas estaciones en un lugar más cálido. Algunos han asomado la cabeza por TVE, otros por Espejo Público, y muchos lo han hecho en un docurreality de Netflix que se estrenó bajo el nombre Sálvese quien pueda y que ha arrasado tanto que ya se encamina a la segunda temporada.

En ese formato se pudo ver a Belén Esteban, Kiko Hernández, Lydia Lozano, Terelu Campos, Chelo García-Cortés, María Patiño, Víctor Sandoval y a Kiko Matamoros. Del último y de su desempeño en esta plataforma ha opinado Jorge Javier Vázquez —para Lecturas—, que, si bien dedicó bonitas palabras a sus excompañeros, ha vuelto a referirse a su antiguo contertulio en singular para deshacerse en elogios sobre su figura.

“Es una auténtica maravilla comprobar que no puede ocultar el cariño”

“Es un gentleman de Madrid, un dandi grandote y castizo que por mucho que se empeñe en ir de malote ya no cuela. O solo cuela a veces, porque su corazón le traiciona”, ha iniciado su particular descripción el presentador de televisión, a lo que agregaba que, de su experiencia juntos, “una de las mejores cosas” es “verle aguantar la risa tantas veces porque es incapaz de asimilar lo que está sucediendo a su alrededor”.

Tras estas palabras amables, el televisivo ha querido hablar seriamente de las virtudes escénicas del propio Matamoros en la producción de Netflix. “Rema sin descanso durante todo el reality y se nota. No se le escapa ni una. Está atento a todo lo que sucede en todo momento, ya sea para almacenar información o para lanzar una réplica que dinamice la trama”, ha señalado Jorge Javier, cuya mirada estaba colocada en detalles que, en muchas ocasiones, pasan desapercibidos para el telespectador.

“Se crece en la batalla, pero su risa sigue siendo uno de sus principales baluartes”, ha continuado su perfil, haciendo énfasis en que “es un gozo ver a un señor tan grandón pasándoselo pipa trabajando en algo tan absurdo”, pero que, sobre todo, “es una auténtica maravilla comprobar que no puede ocultar el cariño que tiene a los que pone permanentemente al límite”.

Su visión del excolaborador de televisión viene resumida en una referencia cinematográfica que él mismo se encarga de versionar: “dar cera, pulir cera y cobijarlos cuando haga falta”. Y luego, sin guiños ni medias tintas, sentenciaba con tanto cariño como honestidad: “tener a Matamoros en un programa es un lujo. No hay más”.