TELEVISIÓN

Jordi González: “Un jefazo le dijo a una presentadora: ‘Vuelve dentro de 12 kilos’”

El presentador catalán, que estrena etapa en TVE, ha dado una entrevista a ‘El País’ en la que ha dejado titulares muy contundentes.

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Jordi González habla de su momento ‘tierra trágame’ en su regreso a la televisión. Fuente: RTVE.

Jordi González está de dulce. El presentador catalán deja atrás su época de Mediaset y ficha por Televisión Española, donde tendrá un programa de tarde para competir con Ana Rosa Quintana y Sonsoles Ónega e incluso es posible que conduzca otro en el prime time.

Eso sí, no desmiente la dureza del trabajo en televisión, donde prima la imagen. P. Se dice que en televisión hay poco tacto con en el tema de la imagen. “Hubo un jefazo, del que no diré el nombre, que le dijo a una presentadora: ‘Vuelve dentro de 12 kilos’. A otra la obligó a ponerse pechos”, cuenta en una entrevista a El País.

De hecho, el propio Jorge Javier Vázquez contó en su día que Paolo Vasile le había obligado a llevar gafas sin necesitarlo. “Se operó la miopía y, cuando fue a presentar Aquí hay tomate sin gafas, Vasile le dijo que se las pusiese porque tenía cara de mala persona y de hijo de puta. Tiene que ser tremendo ahorrar para que te metan un láser en el ojo y que te digan eso”, apunta.

Y define su relación con el directivo: “Ni de amor, ni de odio. Fue una relación muy cordial y educada. En casi 25 años me llamó solamente una vez la atención. Fue porque permití en La noria que Jimmy Giménez Arnau se burlara de la Virgen María. Vasile me llamó el lunes al despacho y me dijo: ‘¿Tú has pensado que entre nuestros accionistas hay personas católicas? ¿Es necesario ofender a los accionistas?’. Me di cuenta de que era verdad. No hace falta tolerar la ofensa. Todo ha cambiado mucho. ¿Te imaginas ahora un programa que se llamara Moros y cristianos?”.

El código ético de Mediaset

Tras su salida de Mediaset, el catalán se ha atrevido a dar también su opinión sobre el código ético que ha impuesto la cadena en sus espacios. “Es una empresa privada. Mediaset no me cuesta dinero, así que puede hacer lo que desee. Yo no lo haría. No creo en la censura, aunque sí en la autocensura. La gente con la que trabajas tiene que ser de tu confianza. Y si confías tampoco necesitan un manual de instrucciones para trabajar. Hace muchos años, solo había tres cosas de las que nos prohibían hablar de forma crítica: de la Familia Real, de la lucha contra ETA y de El Corte Inglés. Eran temas tabúes. Creo que este código ético es algo pasajero”.

González considera que el rol de la televisión pública, por su parte, debería ser entretener. “Debería informar de la manera más aséptica posible, aunque no creo que exista la objetividad, porque no somos objetos, somos sujetos. Sí creo que un periodismo que use pocos adjetivos y que permita que sean los espectadores quienes los pongan. Y lo de formar, en televisión, me parece una quimera”.

Las quejas de Carlota Corredera

El presentador también se ha mojado sobre las declaraciones de otra compañera de Telecinco, Carlota Corredera, que dijo que hablar en horario de máxima audiencia de la violencia de género y de feminismo le había costado su puesto en televisión. “Carlota me dirigió en el programa TNT y siempre he tenido muy buena relación con ella. Sus razones tendrá para creer eso, pero muchas otras personas han hablado de esos asuntos en televisión en los últimos tiempos y no han desaparecido de televisión”.

Sobre el acoso que denuncia Ana Rosa Quintana, explica: “Dice sentirse molesta porque se le considere derecha mediática. No hay nada de malo en ese término. Uno es libre de ser de derechas. Lo malo sería si te consideraran derecha antidemocrática. Lo que sí es cierto es que un político no puede regañar a un periodista. El sinvergüenza de Pujol salía con cosas como el latiguillo: ‘No, eso hoy no toca’. Era una forma muy zafia de negar el derecho de los periodistas a preguntar”.

Independencia de Cataluña

Asimismo, también ha hablado de sus ideas políticas: “Yo no soy independentista. Mi hermano sí. Y hace años que no hablamos del asunto. Pero sí estoy a favor de que la cuestión se ponga a referéndum. Yo votaría no, pero me encantaría que me lo hubieran preguntado. Ahora ya no puedo responder. Yo tributo mucho y el día que se descubrió toda la corrupción de Pujol decidí que no iba a poner ni un céntimo más allí. Me empadroné en Madrid, donde realmente vivía”.