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Jennifer Grey (‘Dirty Dancing’) y las cirugías que acabaron con su carrera: “Era invisible”

La actriz saca a la venta el 3 de mayo sus memorias, en las que habla de sus dos rinoplastias que le cambiaron la vida: “A los ojos del mundo no era yo”.

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El drama que vivió Jennifer Grey (‘Dirty Dancing’) por las cirugías: “Era invisible”

‘Dirty Dancing’ fue una de esas películas que marcó una época, concretamente la de 1987, cuando supuso todo un ‘boom’ en la industria cinematográfica. Su historia de amor con el baile como protagonista cautivó a millones de personas de todo el mundo, así como sus actores, Patrick Swayze y Jennifer Grey, o lo que es lo mismo, Johnny Castle y ‘Baby’.

Esta película le sirvió como trampolín a la fama a Jennifer, quien ahora recuerda algunos episodios de su vida en su libro de memorias ‘Out of the Corner’, el cual sale a la venta el próximo 3 de mayo, haciendo un guiño a una de las frases de la cinta: “Nadie va a arrinconar a Baby”.

Aquella chica que enamoró a millones de personas decidió cambiar, y lo hizo de una forma tan drástica que le cambió incluso la vida, tal y como ha confesado en una entrevista concedida a la revista ‘People’ a raíz de su paso por el quirófano hasta en dos ocasiones en los años 90 para someterse a dos rinoplastias.

Su nariz cambió, lo cual hizo que hasta personalidades como Michael Douglas dejasen de reconocerla. Fue en un estreno y tras operarse por segunda vez: “Esa fue la primera vez que salí en público. Tuve la sensación de ser completamente invisible, de un día para otro. A los ojos del mundo no era yo”, ha comenzado explicando.

Las presiones de su madre por operarse

Lo más curioso de esta historia es que la actriz estadounidense siempre se había resistido a pasar por el quirófano por su nariz. “Me enfadaba con mi madre porque ella insistía en que lo hiciera. Finalmente fue como rendirme ante mi enemigo”, ha añadido, dejando ver que fue entonces cuando comenzó su auténtico drama: “Solo pensaba que no era lo suficientemente buena y que no debería haber tenido que hacer esto porque yo era lo suficientemente hermosa”.

Este gran cambio provocó que una gran disconformidad en la actriz, quien acabó perdiendo el caché que tenía en Hollywood, aunque ahora asegura que fue todo por su culpa: “De la noche a la mañana pierdo mi identidad y mi carrera. Gasté tanta energía tratando de descubrir qué hice mal, por qué me desterraron del reino. Eso es una mentira. Me desterré a mí misma”.

Su madre no fue la única que la presionó a operarse, sino que otras figuras como Andy Warhol también hicieron referencia a que si sus padres se habían operado, por qué no hacía ella lo mismo: “Solo me dijo una cosa sobre mí. Y fue como: ‘Y, ya sabes, miraría a Jennifer. Me preguntaría por qué ella... Um, su padre se operó la nariz. ¿Por qué no se aseguraría de que ella también se hiciera una?’, o algo así”.

Cuando era niña estaba completamente en contra de la rinoplastia. Quiero decir que era como mi religión. Me encantó que mis padres lo hicieran. Tengo entendido que eran los años 50. Entiendo que se estaba normalizando. Entendí que tenías que cambiar tu nombre y tenías que hacer ciertas cosas, y simplemente se normalizó, ¿no? No puedes ser gay. No puedes ser judío. Sabes, no puedes parecer judío. Solo estás tratando de encajar en lo que sea que piense el grupo”, ha añadido la actriz.