Georgina Rodríguez y su efecto en el turismo de Aragón y en la venta de longanizas

Georgina Rodríguez vivió uno de los momentos más especiales de su vida el pasado mes de enero con el estreno de ‘Soy Georgina’, el documental que protagonizó para Netflix y que se situó en las listas de lo más visto en numerosos países de todo el mundo. La modelo mostraba cómo es su día a día acompañada de Cristiano, de sus hijos, de sus amigos y de su familia, pero para enseñar una parte más íntima de su pasado regresó a Jaca, el lugar en el que creció y donde se ha notado el impacto de la producción durante todo el verano.

La celebridad se desplazó al municipio situado en Huesca y enseñó sus calles, sus monumentos y también el hotel de Graus en el que trabajó antes de mudarse a Madrid. Además, visitó un par de tiendas y la manera en que ‘vendió' los encantos gastronómicos de su tierra han conseguido que aumenten de manera considerable las ventas de diversos productos, especialmente de las longanizas.

Así lo asegura este sábado el portal LOC, que destaca el efecto Georgina que se ha notado en las cifras de venta y también en las visitas a algunos de los lugares que recorrió la modelo, como por ejemplo la basílica de la Virgen de la Peña. El templo, ubicado sobre un promontorio a las afueras de Graus, dejó algunas de las imágenes más espectaculares del documental de Georgina y hasta allí se han desplazado innumerables visitantes para ver lo que encandiló a la joven. La localidad apareció en pantalla durante 15 minutos y califican la publicidad que les dio como “impagable”. Desde la oficina de turismo aseguran que muchas personas han querido saber más sobre los lugares en los que se rodó el documental y que las visitas a la página web han crecido a razón de decenas de miles.

Georgina Rodríguez: ¿tastadora?

En Graus celebran, tal y como recuerda LOC, la Fiesta de la Longaniza, el producto más típico de la localidad. El pasado fin de semana el municipio acogió el evento que fue declarado de interés turístico en Aragón en 2013. Durante las celebraciones tuvo lugar la tradicional parrillada con más de 1.000 kilos de longaniza asados en unas brasas de casi 900 kilos de carbón vegetal, lo que permite la posibilidad de que se repartan cerca de 9.000 raciones para los asistentes. Por si alguno se lo pregunta, para dar la vuelta a una parrilla de semejantes dimensiones se utilizó una grúa.

Además, cada año se elige al denominado tastador, que tiene el honor de probar el producto antes que nadie y que este año fue a parar al cineasta Eugenio Monesma. Algunas voces ya han exigido que Georgina sea elegida tastadora por la promoción que ha realizado de la longaniza de Graus.