Se gasta más de 500 euros en uno de los estrella Michelin más caros de España y le pone nota: “Para mí, un notable”
El creador de contenido gastronómico ‘Cenando con Pablo’ y el influencer Antonio Gutiérrez quedaron alucinados con la oferta de Skina.
Si la gastronomía española es patrimonio culinario de semejante nivel se debe, entre otras cosas, al factor coral de sus comidas: cada región de España ofrece productos y técnicas diferentes que terminan por hacer de la dieta mediterránea un abanico de opciones de amplia variedad e inigualable calidad. Incluso dentro de las propias regiones se aprecia este arcoíris: en el caso de Andalucía, como en otras con distintas recetas, cabe dentro de un libro el ‘pescaíto’ frito y el gazpacho, el ajoblanco y la ‘poleá’.
Dicha región ha sabido adaptarse bien a las nuevas corrientes culinarias: no cuesta encontrar un restaurante vanguardista, como tampoco es difícil hallar uno ‘de toda la vida’. Esto es, la reinvención dentro de la tradición. Quizá buen ejemplo de ello sea Skina, negocio con dos estrellas Michelin ubicado en Marbella; con esa sospecha ha acudido ‘Cenando con Pablo’ a la urbe malagueña, acompañado del también creador de contenido Antonio Gutiérrez.
“Puro lujo, tío...”
“Menús degustación creativos, cocinados con ingredientes andaluces de temporada y una larga cata de vinos”, reza la página web del restaurante más caro de toda Andalucía. Tardaron poco en corroborarlo Pablo y Antonio. “Hay un menú que se va hasta 500 euros incluyendo maridaje”, explica el primero, agregando que tampoco debe quedarse muy lejos de ser uno de los más costosos “en el panorama nacional”.
Se sorprendieron con el primer pase. “Esto es puro lujo, tío... Jamás me habían puesto un vaso sobre un plato”, dijo, a lo que Antonio, que nunca había ido a un estrella Michelin, solo deseó que “cumpliera con las expectativas”. Por la mesa desfilaron ajoblanco con sardina y esferas de aceite de oliva, buñuelo de bacalao, tartar de atún rojo con caviar y pistacho, gamba blanca malagueña, carabinero con curry, lomo de lubina con salsa de cangrejo y lomo de vaca. Y todo hizo las delicias del carismático dúo.
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Cuando ambos pagaron y se levantaron lo hicieron satisfechos. “He visto una cocina cuidada, la verdad es que me ha gustado. Variada en productos, apoyada en la proximidad”, evaluaba Pablo, aventurándose a poner nota al negocio: “Para mí, un notable”. Antonio, por su parte, seguía en una nube de disfrute.
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