María Muñoz, especialista en nutrición, advierte sobre el hilo de las mandarinas: “Se llama albedo y es más importante de lo que crees”

¿Sois de ese tipo de personas que quitan los hilos blancos de las mandarinas antes de comer sus deliciosos gajos? Pues entonces debéis saber que estáis restando valor nutritivo a esta fruta tan deliciosa. Así lo explica la doctora María Muñoz, especialista en el aparato digestivo, a través de sus redes sociales, donde aclaró que esos filamentos blanquecinos son importantes y tienen un nombre: albedo.

“Ese hilito que tiras a la basura se llama albedo y es más importante de lo que crees”, señaló la médica. Tras esto comentó que esta capa blanca que recubre la pulpa no está ahí por casualidad, sino que es una defensa natural de la propia fruta, que la protege de insectos y microorganismos. Además, reduce la oxidación, sirve como reserva nutritiva para el desarrollo de la mandarina y lo defiende de la radiación solar.

Más allá de su función principal en esta fruta, el albedo aporta diferentes beneficios a todos aquellos que la consumen. Es rico en pectina (una fibra que ayuda a ralentizar la absorción del azúcar), contiene vitamina C y flavonoides, unos compuestos que mejoran la salud de la piel y fortalecen los vasos sanguíneos, y también aporta minerales como potasio y magnesio.

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Quitarle el albedo a una mandarina es como tirar nutrientes a la basura

A continuación, Muñoz aprovechó para subrayar que, por estas razones, comer las mandarinas con el albedo incluido es de lo más recomendable. Al hacerlo aumentas la ingesta de fibra y micronutrientes, aprovechando así las propiedades de la fruta al completo. “No es ningún residuo, es parte del valor nutricional de la mandarina”, insistió.

Estas afirmaciones también cuentan con el respaldo de diversas investigaciones científicas. Un estudio publicado en 2006 por la revista Chemical Engineering Journal demostró que el albedo de los cítricos contiene la mayor concentración de pectina, y una gran cantidad de antioxidantes y fibra soluble, lo cual favorece la salud digestiva y la prevención del envejecimiento celular.

Así que ahora ya lo sabéis. Siempre que vayáis a comeros una mandarina, a partir de ahora no deberíais quitarle los albedos, ya que estaríais tirando a la basura una gran cantidad de nutrientes que nunca sobran.

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