La Quesería Redes gana el ‘Balón de Oro’ de los quesos
El Queso Casín de la marca se impuso en una emocionante final al Queso El Roano en la primera edición de ‘La Cuña de Oro’ de TGT.
De la misma manera que el mundo del fútbol premia al mejor jugador de una temporada con premios individuales como el Balón de Oro o el The Best, el Grupo TGT, especializado en la elaboración y distribución de un producto tan español como el queso, se lanzó a la aventura organizando la primera edición de ‘La Cuña de Oro’, un concurso gastronómico que pretendía “poner en valor el trabajo, la dedicación y el saber hacer de las pequeñas queserías” que producen artesanalmente en el país.
Tras una fase preliminar donde veintiún candidatos se presentaron para dar a conocer sus productos, tan solo ocho quesos llegaron a una final que se celebró el pasado 15 de octubre en el centro de Madrid. Productos totalmente distintos que se enfrentaron en una final con tres fases diferentes: una cata a pelo, otra con maridaje y una última en la que los dos quesos restantes eran integrados en un plato gastronómico.
El ganador fue la Quesería Redes SLU, de Campo de Caso, en Asturias. Al concurso presentaron un queso de la variedad Casín, un producto con Denominación de Origen Protegida que se hace con leche entera de vaca. Dice la leyenda que los casinos le regalaron al rey Pelayo un queso del tamaño de una rueda que le dio fuerzas para afrontar la batalla de Covadonga con la que se inició la Reconquista.
“Estoy muy contenta. Ha sido un concurso emocionante por su forma. Habitualmente, a estos concursos te presentas y si ganas te avisan un tiempo después. Esto, en directo, de forma tan completa con el maridaje y el plato, es algo muy novedoso en España. Es un día que no voy a olvidar nunca”, admitió Natalia Lobeto, la representante de la Quesería Redes en Madrid. “El Casín es un queso con historia, fuerza y emoción. Este reconocimiento es también un homenaje a quienes mantienen viva la cultura quesera desde el respeto por la tradición”, agregó el Marketing Manager del Grupo TGT, Teodoro García. Juntos sellarán un acuerdo de distribución que permitirá a la fábrica dar una mejor salida a sus productos.
El segundo lugar fue para la Quesería El Roano, de Murcia. Su producto, un queso artesanal con leche cruda de cabra de 9-10 meses, causó también muy buenas impresiones entre el público y el jurado. Sobre todo, teniendo en cuenta que la receta venía de un autor que empezó en el sector en 2015 de forma autodidacta “ensuciándole la cocina a su madre”. Formatgería La Frasera (Barcelona), Granja Cantagrullas (Valladolid) -con un queso azul que era el favorito de un humilde servidor-, Quesos Rupuerto (Murcia), Quesería La Oveja que Bala (Palencia), Quesos Elvira García (Ávila) y Formatges Pallars (Lleida) fueron el resto de las fábricas finalistas.
Complejidad en la evaluación y segunda edición
El jurado estaba compuesto por seis integrantes especializados en el sector. José Manuel Rodríguez, redactor jefe de ‘Elle Gourmet’; Ismael Salamanca, influencer gastronómico con más de un millón de seguidores; José Luis Martín, maestro quesero, afinador y coordinador de Gourmet Quesos; Jordi Arroyo, miembro del equipo de I+D de TGT; José María del Campo, presidente de la Asociación Nacional para la Promoción y Desarrollo del Queso Artesano; y Marc Castells, director comercial del Grupo TGT.
Precisamente este último admite la complejidad de comparar y clasificar quesos que, en un principio, son totalmente diferentes. Nada tienen que ver un queso de cabra con ceniza y uno de leche cruda oveja. “Cada queso hay que evaluarlo por lo que es”, apunta Castells. “Yo, aparte, valoro a nivel comercial la historia que tienen y cómo lo podemos incluir en el portafolio para venderlo. Pero es difícil valorar porque todos hacen muy buen queso”, agrega.
En conversaciones con algunos de los participantes, varios insistieron en esa idea de cierta aleatoriedad a la hora de valorar productos diferentes. Del Campo, aunque comparte la opinión, defiende el “análisis introspectivo” de valorar con todos los sentidos el producto. “Todo lo que percibimos lo llevamos a nuestro interior y a nuestro recuerdo. Valoramos desde la leche a la ganadería, las sustancias que hay en la fábrica, que las aguas sean potables. Todo es un análisis”.
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Pese a todo, los presentes quedaron generalmente contentos por la experiencia vivida y no descartan presentarse a la segunda edición, siempre que esta se celebre. Desde el Grupo TGT, admiten estar pensándoselo seriamente. “Me encantaría y que hubiera 42 queserías en vez de 21. Es un orgullo poder ayudar a esta gente. Desde TGT tenemos 180 comerciales que visitan 40 puntos de venta cada uno al día. La red de distribución es enorme y meterles un queso de estos a cada punto les abre un abanico de venta muy grande”, zanja Castells.
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