Florence Welch se corona como reina del Mad Cool

La todopoderosa artista londinense arrasó en una cuarta jornada, la del sábado, marcada también por el fuego de Kings of Leon, el menos es más de Royal Blood y el pasotismo de Pixies.

Florence Welch, el motor artístico de Florence and The Machine, en un momento de su actuación en el Mad Cool 2022.

El auténtico fuego que camina con nosotros podría ser, perfectamente, la melena roja de Florence Welch. La londinense es un ente incontenible, una Patti Smith mezclada con esa banshee en lo que se ha convertido PJ Harvey y que dejó en la cuarta jornada del Mad Cool 2022 un concierto listo para estar en el top ten indiscutible de la historia hasta el momento del festival madrileño.

Las turbulencias vitales de la Welch tuvieron que esperar, porque primero y en medio de un calor sofocante combatido a manguerazo limpio, el primer show masivo fue el del castellonense Álvaro Lafuente, que aunque comparta melena pijo-ensortijada con su tocayo el futbolista Odriozola, responde a otro nombre profesional, el de Guitarricadelafuente. El cantautor sacó adelante una fecha que se notaba era importante para él y más con su peculiar estilo, de influencias populares enraizadas en Teruel, miradas a los clásicos latinos y una entonación atractivamente desesperante. Verse en el escenario principal le llevó al llanto y a no querer ni bajarse de esas tablas, hasta el punto de que su versión del ‘My Way’ de Sinatra la cortó a las bravas el inicio del espectáculo de Leon Bridges en el escenario contiguo. El tejano, metido de inicio a fin en su soft soul blandito y amable, pecó de entender que quizá era necesaria una marcha más.

Más o menos lo mismo, y en su caso es pecado mortal, en la presencia de Pixies. Una banda seminal sin la cual entender géneros como el indie rock o el grunge (Kurt Cobain era fan absoluto) desde mediados de los ochenta hasta ahora sería imposible. Puede que por eso o por verse aún actuando de día, pero escogieron un ‘Gouge Away’ bajado de revoluciones mientras Frank Black ponía caritas. Mal síntoma. Se fueron sucediendo clásicos (’Monkey Goes to Heaven’, ‘Here Comes Your Man’...), sus habituales versiones del ‘Head On’ de The Jesus and Mary Chain y el ‘Winterlong’ de Neil Young pero todo ello con un ritmo fofo y casi desinteresado, al modo con el que suelen quitarse de encima su popular ‘Where is My Mind?’. Un setlist de sólo catorce temas y al camerino, sin bises ni algarabías. Junto con Deftones, las decepciones de este Mad Cool 2022.

Qué diferencia con Florence and the Machine. Sideral. La pelirroja frontwoman lo es en el amplio sentido del término. Descalza y con su túnica carmesí, Florence Welch no paró de abarcar a la carrera el escenario de punta a punta y también entremezclarse orgánicamente, como es su música, con las vibraciones del público. Capaz de convertir un espectáculo donde interviene hasta un arpa en una comunión de baile colectivo, no utilizó su enorme ‘Dogs days are Over’ para cerrar nada, sino como catalizador, con inteligencia. Puesto el tono arriba, afrontó los dos tercios restantes sosteniendo el listón mientras abarcó su pop lírico y emocionalmente convulso con un registro vocal prodigioso y con personalidad en temas como ‘Cosmic Love’, ‘Never Let Me go’ y el delirio en ‘Hunger’ y ‘Shake It Out’. Espectacular.

Un momento de la actuación de Royal Blood que cerró la jornada del sábado del Mad Cool 2022.
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Un momento de la actuación de Royal Blood que cerró la jornada del sábado del Mad Cool 2022.Ricardo Rubio Europa Press

‘Tiger Kings’ de sangre real

Programar una banda con sólo dos integrantes casi a las dos de la mañana en el segundo escenario más grande y viniendo de Florence and the Machine podría sonar a disparo en el pie organizativo, salvo que el portador de esa pistola sea Royal Blood. El dueto inglés se atreve con lo que les echen porque se saben ganadores. La capacidad de Mike Kerr para hacer ilusionismo tocando su bajo y generando al mismo tiempo mediante la pedalera (y un complicado y secreto sistema con los amplificadores) también sonidos de guitarra sigue abriendo bocas incontables conciertos después. Virtuosismo completado con la misión de ser el vocalista y llenar el escenario aunque su socio Ben Tatcher abandone de vez en cuando su púlpito en la batería para arengar al gentío. Delante de su enorme lona con el rostro de un tigre ese doblete final con ‘Figure It Out’ y ‘Out of The Black’ que vienen siendo su marca de la casa desde que emergieran como tifones en 2014 voló más de una cabeza con uno de los mejores directos de las cuatro primeras jornadas.

Para el sprint final de este domingo, el Mad Cool se reserva el cartel más variopinto, con el rock personalista de Jack White, la música urbana de Nathy Peluso y Natos y Waor, el baile con Two Door Cinema Club y uno de los grandes nombres españoles de esta edición, el del los burgaleses La M.O.D.A.