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Úrsula Corberó: “Cuando están pendientes de mí, me muero del gusto”

La actriz ha hablado en ‘Infobae España’ acerca de su vida en la gran pantalla, confesando ser “workaholic” y tener miedo cuando no actúa.

Úrsula Corberó: “Cuando están pendientes de mí, me muero del gusto”

Úrsula Corberó es una de las actrices más famosas de la industria del cine y las series en España. Una intérprete que alcanzó la fama de la mano de ‘La casa de papel’, donde se puso en la piel de Tokio, y que más recientemente participó en la serie de ‘El cuerpo en llamas’, encarnándose en Rosa Peral, para recordar el caso de la Guardia Urbana.

Una actriz que ahora celebra la promoción de su nueva película, ‘El Jockey’, que presentaron en el pasado Festival de Venecia, y que ahora llevan al Festival de Cine de San Sebastián. Una cinta por la que ha sido entrevistada por ‘Infobae España’, donde se ha sincerado sobre sus proyectos y sobre cómo se siente delante de las cámaras.

Úrsula Corberó confiesa que atravesó un momento delicado, y que fue Javier Cámara quien la ayudó: “Estaba atravesando un mal momento creativo en mi profesión, estaba un poco descarrilada y él me dijo: ‘Ok, vale, sabes lo que no quieres y sabes lo que sí quieres, y ahí es donde te tienes que enfocar’. Era un momento en el que pensaba que estaba muy encasillada, porque a veces te encasillan en un papel y no te sacan de ahí, así que tienes que ser tú la que reaccione contra eso”.

De hecho, la intérprete es muy dada a elegir trabajos arriesgados: “Las cosas no caen del cielo. Yo llevo una carrera de fondo, he trabajado desde que era pequeñita y lo que he aprendido es que si quieres algo, ve a por eso. Así que me gusta elegir proyectos arriesgados que me saquen de mi zona de confort, proyectos que me aporten a nivel personal y profesional”.

Se considera “bastante workaholic”

Corberó admite además que siempre le ha gustado trabajar en el mundo de la interpretación, convirtiéndola en una persona “bastante workaholic”, que viene a significar que es adicta al trabajo, llegando a tener miedo cuando no está rodando un nuevo proyecto: “A mí me gusta que me miren, me gusta mucho. Antes me daba vergüenza decirlo, pero es así”.

“La primera vez que me subí a un escenario cuando era pequeña pensé que había nacido para eso, para que la gente me mirara y yo decidir desde esa posición lo que me gustaría que sintiesen. No quiero que suene desde un lugar ególatra, aunque puede ser que lo sea un poco. Cuando la gente está pendiente de mí, me muero del gusto, y eso no me hace mala persona”, ha añadido la actriz catalana.

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