Un actor británico explica su decisión de volver a Londres después de una década en España: “Están empezando a amar el lugar”
Tras vivir en Mallorca con su esposa María Diéguez sus dos hijas adolescentes, Joseph Fiennes ha regresado a la capital inglesa.


Joseph Fiennes tomó una decisión y no se parece que se arrepienta de ello. Y es que el actor de El cuento de la criada y Shakespeare in love dejó su vida en Mallorca, donde residía con su esposa, María Diéguez, y sus dos hijas adolescentes, Eva e Isabel, para mudarse recientemente de nuevo a Londres.
El intérprete cree que esta es la mejor decisión que ha podido tomar, ya que la capital británica tiene una gran oferta cultural. Sin embargo, reconoce en una entrevista a The Times que al principio se encontró con reticencias por parte de su familia: “Una semana después de llegar, asaltaron a mi esposa, le robaron el teléfono, me robaron el auto, el piso que compramos se depreció un 14% y las niñas dijeron: ‘Papá, ¿qué hacemos aquí? Llueve todos los días’”.
“Pero todo se reduce a la adversidad. Sí, quiero que tomes el metro y el autobús y que sepas cómo gestionar los horarios, el mal tiempo, una ciudad difícil y el coste de la vida”, añadía el artista en cuanto a la educación que quiere dar a sus hijas, muy diferente de rutina en España.
Los motivos
Tras una década en España, Fiennes justifica su decisión en la cultura que encuentra en Londres: “La ciudad es… un coloso de la cultura. […] Así que no me desanimarán los altos impuestos ni la suciedad en el río ni lo que llamo las motos del crimen [las motos desde las que los ladrones roban bolsos con un tirón], porque todo eso lo comparo con la extraordinaria, diversa y maravillosa cultura. Y mis hijas son realmente el símbolo de ello ahora, porque están empezando a amar el lugar”.
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Sobre la forma de criar a sus hijas, reveló que pone límites a los teléfonos móviles y al uso de las redes sociales, cuyo uso prohíbe tras la cena: “Probablemente, me consideren un dinosaurio. Y en casa no me hacen ningún favor por ser tan draconiano al respecto: no lo llevo al dormitorio; no lo uso después de cenar”.
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