Rick Harrison, de ‘La casa de empeños’, sobre la muerte de su hijo: “No hay día en que no piense en él”

Fue a principios del pasado año cuando el fantasma de la pena se alojó en la casa de los Harrison. La familia, que ya había recibido un duro mazazo en el verano de 2018 tras la muerte de Richard Benjamin Harrison, ‘El Viejo’, afrontaba la inesperada muerte de Adam a la corta edad de 39 años. Rick Harrison había perdido en cuestión de un lustro a su padre y a uno de sus hijos. El rostro principal de La casa de empeños, cuyo negocio gana más de 100.000 dólares al año como programa de televisión, independientemente de lo que factura a través de sus propias labores comerciales, quedó roto y atravesado por una herida en alma que se antojaba incurable.

Pocas veces ha hablado al respecto. Por ello su entrevista en In Depth with Graham Bensinger ha captado la atención de todo tipo de curiosos. La revista People ha avanzado en exclusiva parte de la conversación, mostrándose Rick todavía muy afectado y dubitativo, incapaz de sacudirse la idea de que podía haber hecho algo por evitarlo. “La cosa es que, cuando pierdes a un hijo, lo dudas todo. Es como: ‘¿podría haber hecho esto?’. Y es como si te diera vueltas en la cabeza constantemente”, dice, confesando que su retoño aparece con frecuencia por sus pensamientos: “No hay un solo día en que no piense en él”.

Fue una “sobredosis fatal”, según se dijo en su momento, la que terminó con la vida del joven. Tras una investigación por parte del Departamento de Policía Metropolitana de Las Vegas se sabe que el culpable fue el fentanilo. “Cuanto tenía veintitantos [Adam] tenía problemas con las drogas. Dios mío, lo metí en rehabilitación muchísimas veces y siempre le iba genial, y luego simplemente volvía a caer”, se sincera.

Su vida tras el suceso

Su vida no ha sido fácil y, aunque desearía no tener que haber llegado a este punto para alcanzar ciertas reflexiones, no puede evitar cavilar acerca de lo efímero que es aquello que uno quiere. “Tienes que apreciar lo que tienes, porque no siempre lo vas a tener. Paso todo el tiempo que puedo con mis hijos [Jake y Corey]. Hablo con todos por teléfono casi a diario. Amo a mis hijos, amo a mis nietos. Disfrutas de la vida”, expresa.

El empresario es la personificación de la resiliencia. Centrados sus esfuerzos en su negocio y en sus familiares, fue noticia hace unos días la imagen de su quinto enlace. Se arrodilló en una bodega de la villa de Casablanca, en Valparaíso (Chile), para pedir matrimonio a Angie Polushkin, de 29 años. A pesar de la sombra y de la nostalgia irremediable que muchas veces le invade, Rick sonríe a la vida.

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