Montoya juega a ‘Besar, casar y matar’ y se acuerda de Sandra Barneda: “Me he quedado con ganas”

El estallido mediático de La Isla de las Tentaciones ha convertido un programa que registraba buenos datos de audiencia en un auténtico terremoto de números que traspasa los índices y registros tradicionales para colarse en tendencias de redes sociales y en fenómeno social. La culpa ha sido de la última edición; y, más concretamente, de una serie de rostros carismáticos encabezados por Montoya, cuya carrera en la playa ha dado la vuelta al mundo.

Una vez finalizado el formato, y hasta su ingreso en Supervivientes 2025, el utrerano ha dado multitud de entrevistas y participado con numerosas marcas. Es el hombre de moda. En una reciente colaboración con Primor ha respondido a varias preguntas sobre su paso por el reality a través del clásico juego de ‘matar, besar y casar’, revelando que, todavía, siente una atracción muy grande hacia la presentadora.

“Montoya, a quién matas, a quién besas y con quién te casas de esta edición de La Isla de las Tentaciones”, le preguntan, teniendo que elegir el ya exparticipante a qué persona coloca en cada sitio. “Vamos a ver... Muchas preguntas en una. Te digo”, gana tiempo para pensar. Y luego despacha: “¿A quién mataría? Pues yo mataría a la playa entera, no dejaba ni uno vivo”.

No pensó tanto la segunda cuestión. “Después besaría... pues evidentemente me he quedado con ganas, le he dado muchos besitos en la mejilla, pero besaría a Sandra”, resuelve, agregando más tarde que, en cuanto al compromiso, no contraería matrimonio con ningún ser humano que con él compartió ínsula: “Me comprometería con el cangrejo que salió en la primera hoguera de confrontación”. Después le preguntan acerca de un posible regreso al programa; fue esta la pregunta cuya respuesta menos dudó. “No volvería ahora mismo ni loco”, dice, contundente, descartando que, al meno ahora, vaya “ni como invitado, ni como tentador, ni como nada”.

Tocó su fibra la última pregunta. “Al haberte convertido en un éxito mundial, ¿cuál es el sitio más loco donde te ves?”, le preguntaron. Y él, sincero, solo pudo pensar en su hogar: “Bueno... yo me veo siempre en mi casa, con mi familia. Eso sí que es loco. Yo me veo allí”.

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