María Pedraza, tras ‘La Casa de Papel’ y ‘Élite’: “Pasé de una vida completamente normal a una exposición global”
La actriz recuerda en una entrevista con la embajada de España en Italia cómo fue su repentino salta a la fama, después de haberse formado para ser bailarina.
Es popular el dicho de que la vida es aquello que sucede mientras nosotros nos empeñamos en hacer planes. Y algo así fue lo que le pasó a la actriz María Pedraza, quien se formaba para cumplir su sueño de ser bailarina cuando un accidente la apartó de la del camino de la danza y la vida la abrió una nueva puerta a la interpretación después de que en 2016 el director Esteban Crespo la eligiese para su primera película tras verla en Instagram y sin formación previa.
“Fue un verdadero salto a lo desconocido. No tenía experiencia en rodajes, pero tenía una intuición muy fuerte y muchas ganas de aprender. Esteban creía en algo puro e instintivo, y esto me permitió trabajar con sinceridad, sin artificios. Fue un viaje que me hizo vulnerable, pero a la vez lleno de descubrimientos, ya que comprendí que la actuación se convertiría en mi camino”, cuenta la artista en una entrevista con la embajada de España en Italia, país donde es muy querida gracias a su participación en series tan conocidas como La Casa de Papel y Élite.
Sin embargo, esa fama fue tan repentina como inesperada: “Fue un viaje muy intenso; en muy poco tiempo, pasé de una vida completamente normal a una exposición global. Al principio fue abrumador, pero también una oportunidad extraordinaria de crecimiento personal. Aprendí a proteger mi privacidad, a reconocerme más allá de la publicidad mediática y a apreciar, por encima de todo, el valor del trabajo bien hecho”.
La imagen
La actriz habla también de cómo ha influido su imagen en su carrera: “Es una herramienta, nunca un fin en sí misma. Forma parte del juego y de la imagen pública, pero la interpretación sigue siendo la esencia de todo. Lo que realmente importa es la verdad de lo que expreso frente a la cámara. Todo lo demás es meramente complementario”.
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Y en ese trabajo que desempeña reconoce que su formación en danza la ha ayudado mucho: “Me enseñó a escuchar mi cuerpo incluso antes de hablar. Me guio a reconocer el ritmo interno de una escena, la disciplina, la constancia y el respeto absoluto por el proceso creativo. Cuando actúo, siempre parto del cuerpo: de la postura, la respiración y el silencio. La danza me proporcionó una conciencia física que ahora considero una herramienta esencial para dar vida a los personajes”.
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