Los compañeros de Cristiano desvelan sus secretos: “Tiene buenos pasos de baile”

Cristiano Ronaldo dos Santos Aveiro tiene 39 años, 35 trofeos —entre ellos, 5 Champions League—, una trayectoria que recorre varios países y a la que la palabra ‘exitosa’ se le antoja corta y, al término de este artículo, 908 goles. Es decir, que no necesita presentación. El nombre del astro portugués está cosido a la historia del fútbol; a la historia, en general, tal y como destila su popularidad en el presente: es la persona con más seguidores en Instagram de todo el mundo. Y, pese a todo, su vida privada sigue manteniendo un hermetismo hercúleo.

Durante la celebración de la Gala das Quinas de Ouro en la noche del pasado lunes se intentó indagar en este asunto. Y hubo algo de éxito. El evento contó con la presencia del propio Cristiano, a quien se sumaron sus compañeros de selección y otras grandes personalidades del fútbol luso. Y en esas comenzó un divertido cuestionario.

“Tiene buenos pasos de baile”

En primer lugar se pidió a los internacionales que confesaran algo que poca gente sabía de él. “Esto es complicado porque creo que es una persona muy reservada, en el buen sentido. Voy a decir algo que creo que la gente ya sabe. Es increíble la entrega que tiene a su trabajo, sobre todo cuando estás más cerca de él”, expuso Renato Veiga. Algo más atrevido fue Bruno Fernandes, quien aseguró que “hay muchas cosas que no sabes” y que mucha gente intenta estar a su alrededor para conocer de él, “pero... él baila bien, tiene buenos pasos de baile”.

Bernardo Silva apuntó a lo gastronómico. “Creo que la gente sabe que es muy disciplinado, que le gusta trabajar en los momentos adecuados y que todo tiene que estar ahí, pero tal vez...”, hizo una pausa para reflexionar en una respuesta que escapase de lo típico: “No necesita comer muy seguido. Creo que solo almuerza y cena, no hace comidas pequeñas, creo que es una buena curiosidad sobre él”. Ante la pregunta de una cualidad se remangó cada uno: Bruno se decantó por el cabezazo, Bernardo hizo lo propio con la definición y Renato, pleno de admiración, unió ambas: “Salta casi dos metros, tres metros, es espectacular; tiene muchos atributos buenos, pero el salto...”.

El día que conocieron a Cristiano

Preguntados por una anécdota, los centrocampistas de las dos caras de Mánchester recordaron la primera vez que fueron convocados. “Creo que una de las primeras veces que llegué al campo de entrenamiento. No sabía dónde sentarme y algunos jugadores mayores me dijeron ‘puedes sentarte ahí'. Cuando llegó Cristiano se empezó a reír y dijo ‘puedes sentarte conmigo’”, relataba Silva, que hacía corta la explicación de lo sucedido: “Era un niño de 20 años y los otros chicos me engañaron y me hicieron sentarme en su lugar”.

Fernandes trajo al presente el momento “divertido, pero también emotivo” en el que cruzaron miradas por vez primera. Había sido convocado y estaba en el vestuario con los mejores de Portugal. “Llegué demasiado pronto y no quería hablar con nadie. Cuando él llegó le di la mano con la cabeza gacha y se pone a hablarme, dice mi nombre... y me dice ‘vi tus partidos, estás marcando goles, jugando muy bien en el Sporting”, dijo. Cuando volvió a la habitación no dejaba de preguntarse cómo Cristiano Ronaldo podía saber su nombre. “Admiras a estos jugadores y siempre piensas que no saben quién eres”, caviló risueño.

Si todos coincidieron en algo fue en el trabajo que tendría de no ser futbolista, suposición que se antoja opuesta a un epíteto. “Quizás nutricionista”, resolvieron.

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