La complicada situación personal de la abogada Teresa Bueyes: “No vi las banderas rojas”
La letrada ha revelado a Pepa Romero en ‘YAS Verano’ que lleva cinco años siendo acosada por dos extrabajadoras de su despacho, con amenazas de muerte.
La famosa abogada Teresa Bueyes ha utilizado hoy el altavoz del programa YAS Verano, en el que colabora, para denunciar ante la presentadora, Pepa Romero Antón, la delicada situación que lleva sufriendo desde hace cinco años: acoso por parte de dos extrabajadoras de su despacho que incluso la han llegado a amenazar de muerte.
Según su testimonio, desde que ambas abandonaron su bufete en 2020, la han sometido a una campaña de acoso y derribo que ha incluido acciones como insultos, agresiones, crearle perfiles falsos en aplicaciones de citas donde ponían que le gustaban los chicos muy jóvenes, abrir cuentas en redes sociales donde se ríen de ella o publican imágenes íntimas de la letrada, y hasta rayarle el coche. Además, Bueyes dice recibir notas amenazantes que la han llevado a vivir con un trastorno de pánico.
“Parezco muy fuerte. La imagen que proyecto es la de una mujer muy fuerte. Es el escudo que me he puesto para poder ejercer esta profesión. Pero cuando uno se quita la toga y llega a casa, sale la persona, que sufre, se preocupa por sus padres, por su familia. Necesito tener siempre la mente muy fuerte, y cualquier cosita que me derrumbe me va a afectar en el día a día”, empezaba la relatando la abogada.
“Esta historia la llevo ya padeciendo cinco años. Está ya en los tribunales. Ha estado muy parada por la lentitud y porque ha habido mandatos y comisiones rogatorias a otros países para descubrir quién estaba detrás en Twitter, quién me hackeaba el móvil, mi ordenador, para tener mis datos personales y de clientes”, añadía visiblemente emocionada, pero feliz de haber obtenido una importante medida: “Ha sido muy duro lograr esa orden de alejamiento y que no se pudiesen acercar a mí, ni a mi entorno personal, laboral, familiar, ha sido muy complicado. No ha sido una situación de acoso única, sino continuada a lo largo de los años”.
Origen
Todo comenzó cuando las tres mujeres compartieron bufete. “Empieza a raíz de la contratación de dos mujeres en mi despacho. A una la conocía de hacía tiempo, y la otra, más joven, llegó de Zaragoza. Me llamó su padre, que en paz descanse, que era un abogado bastante conocido, y me dijo que su hija tenía admiración por mí, que quería hacer prácticas en mi despacho. Ese año fue muy bien, yo invité a todos a un viaje a Estambul, y en la última noche prorrogamos por un día más la estancia y no había habitación para ella y decidí dejarla dormir en mi habitación”.
“No vi esas banderas rojas que habían vistos mis compañeros. Como que decía que era hija mía, me llamaba ‘mamá’ a veces. Yo pensaba que era una relación de una admiración que pasaba por admirarme casi como una madre, pero era una relación complicada. Y lo que pasó en Estambul…, se me abalanzó una noche, intentó besarme, y ahí fue cuando llego a Madrid y le digo que no vuelva más al despacho. Intentó sobrepasarse conmigo y besarme en la boca”, añadía. “Más que miedo me dio una cierta repulsión. Yo respeto muchísimo la homosexualidad, pero no soy homosexual”.
Casadas
Bueyes explicó que, tras lo ocurrido en Turquía, la joven inició y la otra mujer se hicieron pareja: “Llegamos a España y con mucha delicadeza le dije que no podía volver más al despacho. Se lo tomó muy a mal. Ahí empieza una campaña de acoso y derribo. No solo contra mí. Ella inicia una relación sentimental con otra mujer que había trabajado en mi despacho, mucho mayor que ella, con la que ahora se ha casado”.
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“Inician ellas dos una campaña de acoso que se traduce en falsificar toda clase de perfiles con fotografías mías (todo de forma presunta, porque ya sabéis que lo que voy a hablar…, en la justicia todo tiene que ser presuntamente) para hacerme daño a mí, a mi familia, con amenazas de muerte. Al testigo que vio cómo me rayaban el coche le pusieron una denuncia falsa por violación. Una de ellas está sentenciada y condenada por haberse apropiado indebidamente de cerca de 40.000 euros de esta persona”, señalaba la abogada, quien manifestó también que, como conocían dónde vive y le habían hackeado la cuenta de WhatsApp, se presentaban en sus citas con amigas para increparlas.
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