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Kiko Hernández muestra las secuelas de su huelga de hambre: “De todo se sale”

El televisivo ha enseñado los moratones de la paliza que sufrió el pasado 13 de diciembre, cuando se encontraba manifestándose por la clausura de su negocio en Melilla.

El exconcursante del ‘Gran Hermano’, reconvertido en colaborador de televisión, mejoró con el paso de los años y también gracias a los retoques estéticos. Como él reconoció, se puso pelo y también se arregló la sonrisa. Asimismo, se sometió a una masculinización facial (mentón, pómulos y mandíbula), así como un ‘lifting’ también en la cara.
Patricia J. Garcinuno
Sergio Murillo
Nació en Santa Marta de Tormes en 2001 y creció entre Guadalajara y Badajoz. Amante de la literatura, estudió Periodismo en la URJC. Se estrenó como jefe de Cultura en El Generacional. Ha sido corresponsal para El Estilo Libre y conductor de informativos en Cadena COPE. Entró en Diario AS en 2023 como redactor en Actualidad.
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Y regresó. Muy difícilmente podrán borrar tanto Kiko Hernández como su marido, Fran Antón, las nefastas secuencias que han vivido durante los últimos días: Cielo, el local de ocio nocturno que el matrimonio regenta en la ciudad autónoma, fue cerrado “sin justificación alguna” por la Policía Local, de manera que el televisivo y su pareja optaron por iniciar una huelga de hambre en la puerta del negocio que terminó con el excolaborador de Sálvame en el hospital tras sufrir una brutal paliza por parte de unos individuos —cuya identidad se desconoce— en la madrugada del pasado 13 de diciembre.

Todo ello queda allí. Hernández ha vuelto a No somos nadie después de los citados hechos para tratar los temas de la escaleta diaria. No obstante, amén de la agresión y del traumatismo craneoencefálico leve en que derivó la contusión que sufrió al ser empujado contra la pared, él mismo se ha convertido en parte del contenido de la tarde, revelando algunos detalles que todavía no habían salido a la luz y mostrando por primera vez las secuelas de la paliza que sufrió.

La mayor parte de las heridas se encuentran en la parte inferior de la espalda. “Al llegar a Madrid he sentido todo junto. Tristeza, liberado, con ocho kilos menos. De todo se sale y ya está”, decía, visiblemente más delgado, mientras exhibía los rasguños. En la caja de comentarios hay quien ha desconfiado de las palabras del televisivo, acusándole de mentiroso por la similitud de los moratones mostrados y las heridas propias de una psoriasis.

Un fin de ciclo

Ya entrevistó Carlota Corredera a su propio colaborador un día antes y a través de videollamada, confesando que “Kiko Hernández vuelve a Madrid y cierra el ciclo de Melilla” y que, aunque a ella le gusta que esté de vuelta por la capital, “no me gusta lo que le ha pasado”: “Ha tenido que volver después de lo que le ha sucedido”. Por su parte, Hernández, a su llegada, ha reconocido estar más tranquilo. “Lo que empezó como una molestia, terminó siendo una paliza tanto a mí como a una persona de 60 años que trabaja conmigo. Tengo un parte de lesiones y está denunciado a la Guardia Civil. Está pendiente de juicio, que será en breve”, ha expresado.

Torció el gesto. “Cucho, que antes vendías tornillos. Estamos detrás de ti, es un analfabeto”, lanzó. Luego se tornó en pena al insistir en que no se arrepiente de la dura decisión de clausurar su negocio en Melilla: “No hay vuelta atrás porque no tiene sentido arriesgarse de este modo”.

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