Joel Martín, taekwondista paralímpico: “Aunque haya sueños que parezcan complicados, no son imposibles”
El barcelonés de 21 años, a quien le falta el antebrazo derecho, hizo su debut en los Juegos Paralímpicos de París 2024: disputó el bronce y acabó quinto.
A sus 21 años, el barcelonés Joel Martín ha convertido en impulso lo que otros intentaron que fuera un límite. Le falta el antebrazo derecho y recuerda cómo, de niño, algunos compañeros le repetían que nunca llegaría a nada por su discapacidad. Él decidió demostrar lo contrario: probó distintos deportes hasta que su padre lo llevó primero al kárate y luego al taekwondo, disciplina en la que ha encontrado su camino.
En París 2024 debutó en unos Juegos Paralímpicos, rozó el bronce en la categoría K44 y terminó en una meritoria quinta posición. Este año se ha colgado la plata en los Juegos Europeos de la Juventud en Estambul y ya trabaja con la mirada puesta en Los Ángeles 2028. Además, está estudiando Nutrición, tal como desveló el miércoles pasado durante la mesa redonda organizada por la escuela de Formación Profesional UNIVERSAE, patrocinador oficial del Equipo Paralímpico Español, con el objetivo de reflexionar acerca de cómo el estudio de una FP contribuye al futuro profesional de los deportistas.
Tiene solo 21 años y ya ha debutado en unos Juegos Paralímpicos. Para quienes aún no lo conocen, ¿cómo se presentaría?
Soy Joel Martín, un deportista profesional. Siempre me consideré una futura promesa, y aquí estoy. Tengo una discapacidad física, pero eso nunca me ha impedido luchar por mis sueños.
¿Qué es lo primero que le viene a la mente cuando piensa en su trayectoria, desde que empezó en el deporte hasta hoy?
Lo primero que pienso es cómo un chaval con discapacidad ha podido lograr gran parte de lo que soñaba.
De pequeño escuchó comentarios que aseguraban que no llegaría a nada por su discapacidad. ¿Qué le generaban esas palabras y cómo le impulsaron?
Siempre he sido muy cabezón. Cuando escuchaba esas cosas, me entraban más ganas de conseguirlo. Quería llegar más lejos y demostrar que, aunque tenga una discapacidad, puedo lograr mis sueños como cualquiera.
¿Qué papel jugó su familia en este camino hacia el taekwondo?
Mi familia ha sido fundamental. Mi padre, mi madre y mi hermano me apoyaron desde mis inicios. Con mi padre tengo una conexión especial: si puede venir a verme competir, viene. Nunca falla, y esa conexión no la tengo con nadie más.
En París 2024 vivió su primer combate por las medallas en unos Juegos, donde terminó en quinta posición. ¿Cómo recuerda ese día?
Al principio estaba muy nervioso. No sabía qué iba a pasar; eran mis primeros Juegos y yo quería conseguir medalla. Pero ver a tanta gente me ayudó mucho a confiar en mí. Lo viví con muchísimos ánimos porque estaba dentro de un sueño. Cuando peleé por el bronce no me lo creía. Pero al producirse la rotura en la rodilla, todos esos ánimos se vinieron abajo y lo pasé mal. Tuve una microrrotura de fibras en el vasto interno. Empezó a dolerme en el segundo combate y en la repesca conseguí ganar, pero al luchar por el bronce hubo un choque y la lesión se agravó. Sí, peleé una parte ya lesionado.
¿Qué aprendizaje se lleva de esa experiencia para preparar Los Ángeles 2028?
Que no se puede tomar a la ligera. Yo no preparé esos Juegos tan bien como debería, por distintos factores. Ahora estoy aprovechando todo lo que tengo a mi alcance, tanto físico como psicológico, para sacar mi máximo potencial, cosa que antes no hacía.
Está estudiando nutrición. ¿Por qué eligió esa formación y cómo encaja en su proyecto deportivo?
La elegí por mí. Compito en menos de 58 kg y quería llegar a Los Ángeles con ese peso, pero llegó un punto en el que ya no podía bajar más. Además de cuidarme, estoy montando un club con un compañero y quiero que los alumnos se alimenten bien, porque la salud es fundamental.
Ha dicho que la formación le da seguridad más allá de la competición. ¿Qué importancia tienen los estudios para un deportista de élite?
Muchísima. Si estudias algo relacionado con el deporte, tienes más conocimiento sobre aquello a lo que te quieres dedicar. Y todos sabemos que la vida deportiva al máximo nivel es corta, así que es una buena salida si quieres seguir vinculado al deporte, como es mi caso.
Me contaba que tiene el sueño de crear su propio club. ¿Cómo imagina ese proyecto?
Me lo imagino a corto plazo. No voy a dejar de entrenar, pero el proyecto ya está en marcha y el local está en obras. El eje será el taekwondo. Y también quiero que las personas con discapacidad vean que hay un entrenador con discapacidad que está cumpliendo su sueño. Que sientan que, si quieren dedicarse a las artes marciales, pueden hacerlo.
¿Qué le gustaría que los jóvenes con discapacidad supieran sobre la importancia de formarse y prepararse para el futuro?
Que sin estudios, y más teniendo una discapacidad, es mucho más difícil encontrar trabajo. Y que, aunque haya sueños que parezcan complicados, no son imposibles. Por eso deben estudiar lo máximo posible, para tener más recursos.
Si pudiera volver al Joel de 10 años, ¿qué le diría?
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Que por fin hemos conseguido un sueño y que la familia está orgullosa. Y que ahora vamos a por otro sueño: la medalla olímpica.
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