Jason Momoa, al borde de la muerte: “Mi cuerpo se detuvo”
En su visita al pódcast ‘Smartless’, el intérprete hawaiano recordó una experiencia en la que su vida, de no ser por un compañero, pudo estar en peligro.
Jason Momoa se ha establecido y consolidado como uno de los actores más versátiles y capaces dentro del complejo ámbito cinematográfico mundial. Algunos lo recuerdan por su paso por ‘Juego de tronos’, donde dio vida a Khal Drogo, pero su verdadero salto a la fama tuvo lugar con la saga ‘Aquaman’, producción cinematográfica en la que el nacido en Hawái interpretó al protagonista, de nombre homónimo.
Aunque Momoa interpreta al dios del mar en la gran pantalla, el actor ha podido comprobar que los poderes sobrenaturales de este superhéroe no se trasladan a la vida cotidiana. “Estaba remando, entramos en Jaws (lugar ubicado en la costa norte de Maui). Remamos unos 21 kilómetros costa abajo. Estabas a casi 1,6 km de la playa y entonces se me rompió la correa. Hacía muchísimo viento”, reveló en su visita al pódcast ‘Smartless’, donde habló acerca de una reciente experiencia, cercana a la muerte, remando en aguas hawaianas.
“Me entrenaron bastante bien, así que pensaba que no iba a tener problemas. Pero me dieron bastantes olas en la cabeza, como de tres metros, y en ese punto estaba a media milla de la costa”, explicó, momentos antes de revelar el instante en el que sintió que su vida podía estar en peligro.
El actor recuerda estar “atrapado en un lugar extraño” que no reconocía: “Probablemente era el arrecife exterior y punto desconocido para mí. No podían verme. Tenía mi remo y lo agitaba y no podían verme porque las olas eran enormes. Me volví loco”, aseguró, aunque lo peor para él todavía estaba por llegar.
Un compañero le salvó la vida
Jason Momoa no veía ningún indicio de que alguien le fuese a rescatar: “Estuve ahí fuera un rato. Ya no podía moverme y mis brazos y piernas se rindieron después de estar ahí fuera un rato… Mi cuerpo se detuvo. Me hundí. Mi pie golpeó el arrecife exterior y literalmente me rendí”, admitió.
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Sin embargo, cuando peor iban las cosas para Aquaman, tuvo lugar un golpe de suerte. Uno de sus compañeros lo localizó y, junto a él, el hawaiano comenzó su vuelta a la costa: “Me subí a la tabla y empezamos a remar. (…) Tenía los pies cubiertos de sangre, remando el resto de este camino, con la cabeza gacha. Pero salimos”, concluyó.
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