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El motivo por el que Rodri Hernández no tiene redes sociales

El futbolista mantiene un perfil alejado totalmente de lo mediático, sin redes sociales y siendo muy hermético con su vida personal.

Gelsenkrichen (Germany), 20/06/2024.- Rodri of Spain gestures to supporters after winning the UEFA EURO 2024 group B soccer match between Spain and Italy, in Gelsenkirchen, Germany, 20 June 2024. (Alemania, Italia, España) EFE/EPA/CHRISTOPHER NEUNDORF

El pasado verano, Rodri Hernández cumplió uno de sus grandes sueños al proclamarse campeón de Europa con la Selección Española. “Cuando ganas con tu país, la emoción es diferente. Volví a mis orígenes, a cuando jugaba en la piscina, luego en el jardín y de nuevo en la piscina. Cuando cogía la bicicleta en el tranvía para ir a entrenar...”, decía emocionado en declaraciones para The Player’s Tribune. Y es que, a pesar de sus logros deportivos, el madrileño, de 28 años, mantiene un perfil bajo y alejado del foco mediático.

No tiene redes sociales ni tampoco las quiere. “Si soy normal es probablemente en el sentido de que no me importan las redes sociales ni las zapatillas de 400 libras. No dije: ‘Oh, quiero ser futbolista para tener un Ferrari’”, añadió en el citado medio. El futbolista tiene claro que la fama “no me llena” y que no le gusta ser “extravagante” a diferencia de otros compañeros de profesión.

Rodri considera que el no tener una cuenta en Instagram o X -el antiguo Twitter-, por ejemplo, le ayuda a abstraerse de “la información innecesaria” y que le sirve para “aplacar esa faceta de futbolista y no ser tan reconocido”. “La fama no le llena y solo se vuelca en acciones solidarias porque siempre dice que le gustaría devolver a la sociedad lo que a él le han dado”, cuenta uno de sus amigos.

“Mis compañeros se reían de mi Opel Corsa...”

Dentro del perfil poco mediático del deportista también hay tiempo para una anécdota relacionada con su primer coche: “Al principio iba en mi bicicleta hasta el entrenamiento. Luego, saqué el carné y le dije a mi padre: ‘Vale, tengo 3.000 euros para comprarme un coche. A ver qué me encuentras’ (...) Me trae el coche y es un Opel Corsa”.

“Me quedé asombrado. Conducía ese coche a los entrenamientos todos los días, como un jugador de baloncesto. Mis compañeros de equipo se burlaban de mí, ¡pero a mí no me importaba! ¡Me encantaba!”, añade en el medio citado anteriormente.

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