El exmanager de Elsa Pataky protagoniza una de las citas más ardientes de ‘First Dates’: “Si son dos mujeres...”
Miguel Ángel y Juliana compartieron una velada donde no se guardaron nada e incluso se emplazaron para hacer un trío en unos días.
El restaurante de ‘First Dates’ abrió este lunes de nuevo las puertas en una de esas entregas de las que saldrían varios cortes para un especial de Nochevieja. El formato de Cuatro contó entre sus invitados con Miguel Ángel, un empresario cazatalentos que se presentó como el exmanager de Elsa Pataky.
A sus 51 años, el madrileño entró en el plató decidido y totalmente seguro de lo que buscaba. “Quiero una relación seria para casarme, convivir y tener hijos. Tiene que ser una mujer delgada. Si es alta, perfecto porque soy alto. Si es bajita, con buen culo. Pero delgada, eso es muy importante”, recalcó.
Nada más ver entrar a Juliana, Miguel Ángel supo que el programa había acertado de lleno. Ella, brasileña once años menor, representaba todas las demandas que él había solicitado. “Las brasileñas muy bien en el tema sexo”, apuntó. Un pensamiento que fue mutuo, pues ella también se fue rápido hacia ahí. “Ya lo veo y tengo pensamientos sexuales”, destacó.
La cita duró poco tiempo por los derroteros habituales, pues no tardaron en lanzarse piropos y en aventurarse hacia conversaciones mucho más íntimas. Incluso Miguel Ángel se lanzó y comparó a su cita con Elsa Pataky. ”Te veo perfecta para hacer una película”, le espetó.
Nada le importó a él que Juliana se definiera como una persona bisexual. El único requisito que puso es que, cuando estuviera con él, no hubiera hombres de por medio. “No lo he probado nunca y no pienso hacerlo. Yo soy muy macho ibérico. Me gusta la mujer femenina. Un macho ibérico busca una mujer”, le dejó claro.
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Ella recogió el guante y, directamente, le propuso hacer un trío. La respuesta de él no debió sorprenderla. “No estaría mal, siempre y cuando sean dos mujeres”. “Yo lo tenía pensado para hoy o mañana”, le propuso ella decidida. “Yo soy sexual, pero ella tela”, confesó a cámara algo amedrentado él. Evidentemente, los dos se marcharon -seguro que no a sus casas- de la mano del restaurante.
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