El desconocido negocio que tuvo Yurena (antes Tamara) en el centro de Madrid y fracasó
La cantante vuelve a estar de actualidad tras el estreno en Netflix de su ‘biopic’, ‘Superestar’, producido por los Javis y dirigido por Nacho Vigalondo.
El pasado viernes 18 llegó a Netflix una de las series más esperadas de la temporada, el biopic de Yurena (antes Tamara y Ámbar), Superestar, producido por los Javis y dirigido por Nacho Vigalondo y Claudia Costafreda. Un trabajo que recuerda el fenómeno que surgió a comienzos de siglo alrededor de esta cantante que iba acompañada a todas partes con su madre, Margarita Seisdedos.
Su salto a la fama no fue especialmente bonito para ella y su entorno, ya que se convirtió en el centro de las mofas, especialmente dentro del mundo de la televisión, donde se ridiculizaba todo aquel universo friki que rodeaba a la artista desde el exitoso Crónicas Marcianas, presentado por Javier Sardá.
Pero bajo esa apariencia de persona peculiar y casi alienígena que se quería vender desde la televisión para hacer negocio también a su costa se escondía una mujer con determinación y coraje y una emprendedora. Así lo demostró cuando abrió Glam Street, un disco-pub nocturno en el madrileño barrio de Malasaña donde sonaba música de los ochenta, los noventa y contemporánea. “Voy a eliminar el pachangueo, que además en esta zona no gusta nada”, decía por entonces la cantante a El Mundo.
Carrera aparcada
Corría 2006 cuando Tamara, después Ámbar y, finalmente, Yurena abría su negocio en la calle Manuela Malasaña. Por aquel entonces muchos se congregaban allí con la atracción de ver a la cantante y también a su mediática madre. De hecho, la artista llegó a dejar aparcada por un tiempo su carrera en la música para centrarse en este local.
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Hoy ya cerrado, fue por un tiempo su gran ilusión: “Mi intención es programar espectáculos, actuaciones acústicas, fiestas y, más adelante, conciertos de rock and roll en toda regla. Y no, no tengo previsto actuar. Como mucho, pincharé mis discos de vez en cuando, tampoco a diario. No he abierto este sitio solo para que vengan mis posibles fans, sino para que acuda todo tipo de gente con ganas de pasarlo bien. Si funciona, el triunfo es mío y si me sale mal, el batacazo me lo llevo yo. Soy la única propietaria. Es mi disco pub, es mi nueva vida”, decía.
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