Andy cierra la puerta a Lucas para siempre: “Ni muerto, antes abro un restaurante”

Fue a mediados de octubre cuando el Palacio de Vistalegre acogió los presuntos últimos compases de Andy y Lucas. El dúo gaditano, que echó a rodar hace más de dos décadas, se despidió de Madrid —y, en definitiva, de todo— con un espectáculo cargado de emoción en el que no pudo contenerse la tensión que había entre ambos. Faltaba química y el aire podía cortarse con un cuchillo. Nuestros últimos acordes era solo la punta de un iceberg que, ahora, se muestra al completo.

Desde que se formalizase la ruptura y Andy anunciase su estreno como solista, las informaciones acerca de la mala relación entre ambos, así como las numerosas polémicas que colocaban el rostro de Lucas en el centro de la diana, han brotado sin cesar. Para arrojar luz y cordura a todo esto, Andy se ha embarcado en una serie de entrevistas que, al mismo tiempo, sirven como promoción para su próximo disco. Y siendo este el escenario se ha sentado a hablar con El País, donde ha insistido en que cualquier cosa es más probable que volver a la música con su antiguo compañero.

“Yo no era feliz”

“Después de toda la vida cantando con otra persona, empezar solo es un poquito extraño, pero me iré acostumbrando. Es otra forma de disfrutarlo, como empezar de cero", ha reconocido, confesando que en Marioneta hay “alguna” indirecta a su viejo amigo, aunque su única intención “era decir lo que sentía”. Y lo que nacía dentro de él no era sino un contraste entre la liberación que le produce su coyuntura actual y el hastío que desde hace algunos meses hasta Vistalegre le había acompañado.

Sin tapujos. “Yo no era feliz. Creo que no estamos obligados a estar en ningún sitio y yo no estaba bien, me quería ir”, ha expresado, asegurando que “llegaba el fin de semana que tenía el concierto y me levantaba con el cuerpo fatal, me levantaba malo, de los nervios, asustado. Pensando: ‘Qué va a pasar hoy’. Eso es un sinvivir”. Pero eso ha cambiado: “Ahora soy libre y si cometo un error, es mi error”.

Uno de los puntos de inflexión tuvo lugar el pasado mes de mayo, cuando, tras un concierto, ambos se enzarzaron en una fuerte discusión. “El día que tenemos esa discusión para mí se rompe todo. Se convirtió en una relación que no iba a llegar a nada y ya era imposible entenderse con la otra parte. Mi objetivo era cantar, hacer mi trabajo y volverme a casa. No quería seguir arreglando nada porque yo veía que era para nada, aparte de que yo no estaba a gusto”, recuerda.

“Necesito cometer mis propios errores”

De hecho, tras el último concierto en Madrid salió del escenario y rompió a llorar. "Y cuando me metieron en el coche me dio un ataque de ansiedad. Literal. Me llevé 10 minutos llorando en el coche. Y me calmé. Y se acabó. Se acabó porque ya no había marcha atrás", ha rememorado. Nada volvería a ser igual. Y eso le hacía feliz. “Ya no tenía que subirme al escenario haciendo las mismas tonterías. El próximo escenario que yo pisara iba a ser lo que yo quisiera. Y como yo quisiera. Era como que iba a cumplir mi sueño”, ha señalado.

Por ello no quiere volver atrás. Rechaza volver a formar un dúo con cualquier otra persona. “Ya lo he vivido. Ahora necesito cometer mis propios errores”, ha reflexionado. Todavía más tajante ha sido al ser preguntado por un posible retorno con Lucas: “Ni muerto; es que vamos, antes abro un restaurante”.

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