Ana Villarrubia, exnuera de Ana Rosa Quintana, se separa a los cinco meses de casarse: “El infierno en vida”

Sorpresa dentro del panorama del corazón. Ana Villarrubia, la que fuera nuera de la periodista Ana Rosa Quintana tras casarse con su primer hijo, Álvaro Rojo (fruto del matrimonio de la comunicadora con Alfonso Rojo), ha anunciado la separación de su marido, Pedro José Onieva, apenas cinco meses después de darse el ‘sí, quiero’ el pasado 3 de mayo. Un matrimonio que ha calificado como “un infierno en vida”.

Ella misma, quien es también colaboradora de televisión y mantiene una buena relación con la que fue su suegra, ha sido la encargada de comunicar la noticia a través de sus redes sociales, de cuyo texto se desprende que no ha terminado muy bien con el tío paterno de Íñigo Onieva, el marido de Tamara Falcó.

“Todo empezó aquí y aquí termina. Él quería que todo se supiese, que todo se airease, que no hubiera malentendidos y que mejor que todo el mundo supiera de lo nuestro antes de que cualquier ex pudiera dudar. Y yo entendí que por amor y lealtad extraordinarios que le tenía (increíble el amor que sentí) era una buena forma de hacerlo (aun a costa de mi familia y de muchos de los míos). Del mismo modo, aquí acaba todo”, empezó anunciando la psicóloga junto con una foto de sus votos rotos.

Las razones

Eso sí, Ana Villarrubia ha dejado claro que no va a hablar sobre las razones de la ruptura: “Lo que hay y hubo detrás… Eso… No lo sabe nadie. Nadie jamás lo sabrá. El infierno en vida, eso que si me cuentan me cuesta creer… Un lobo con piel de cordero. Y lo frustrante de que sabes que lo que estás viviendo es profundamente injusto, pero no puedes irte de inmediato: primero porque tratas de entender y luego porque tardas…”, explicó la joven.

“Algo dentro de ti te pide que te evadas y que trates de verte y releerte desde fuera con el único objetivo de actuar con cabeza o, en mi caso, como si estuvieras actuando en tu rol profesional, con una tercera persona. Si me equivoqué en las formas iniciales, si me equivoqué al confiar en quién era y al llevarle de la mano con orgullo, esto al menos ya hace que impere la coherencia. Ya pago las consecuencias de mis errores. Si esto tiene que ser el cierre de las redes, que lo sea. Si esto es una de las consecuencias del chantaje sufrido, que lo sea también. Si tengo que sentirme identificada con tantas y tantas mujeres, no voy a ser menos”, agregó.

Y fue todavía más allá: “Las cosas tienen nombre, hay personas que no saben ni querer ni cuidar, y así han de ser recordadas. El daño está hecho y en la recuperación ya me encuentro. Esto a él le hará más fuerte, lo sé, pero no me hace más frágil a mí. Solo me recuerda lo duro de lo que he vivido. Lección aprendida. Gracias a mi experiencia, gracias por todo lo aprendido, gracias a tanta gente por tanto. Un malo en la consulta no se me cuela. Fuera de la consulta, en mi vida privada, nos puede pasar a todos, a partir de ahora es más difícil o quiero creer que tiene muchas menos posibilidades…”.

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