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En qué se diferencia una sangría de un tinto de verano y cómo preparar cada uno

Te mostramos a continuación las notables diferencias que existen entre ambas bebidas alcohólicas a pesar que comparten el mismo ingrediente principal: el vino tinto.

En qué se diferencia una sangría de un tinto de verano y cómo preparar cada uno

El verano ya está aquí otra vez y viene acompañado, como de costumbre, de varios meses intensos de calor, donde muchos buscamos múltiples soluciones para hacer frente a las altas temperaturas. Existen un elenco de alternativas para hacer frente a los estragos de la época estival, aunque algunas de ellas no son muy eficientes. La que nunca falla y la que más convence son las bebidas refrescantes, donde por excelencia, al menos en España, destacan la sangría y el tinto de verano, con perdón de la cerveza.

Todo aquello que consideramos grandes semejanzas guardan profundas diferencias, o si no, que se lo digan a la sangría y al tinto de verano, dos bebidas que, por estética, son muy parecidas, pero por sabor y composición son totalmente divergentes a pesar de que comparten el mismo ingrediente principal: el vino tinto. Con el buen tiempo, la demanda de este tipo de bebidas crece notablemente, y por ello, te invitamos a que conozcas las disimilitudes que existen entre el tinto de verano y la sangría.

Los ingredientes

La primera diferencia entre ambas bebidas, que por norma general tienen que estar repletas de hielo, son los ingredientes que lo componen. El tinto de verano se hace con vino y va acompañado de gaseosa o limón, según prefiera el consumidor. Esta mezcla hace que la presencia del vino se haga notar y propicia que tenga un toque mucho más ácido. En cambio, la sangría es mucho más dulce debido a la inclusión de azúcar, piezas de fruta natural y un chorrito de licor.

Pero ¿con qué bebida me quedo? Lógicamente, la última palabra la tiene el consumidor, pero en el caso que no hayas degustado ambas bebidas, siempre hay una de ellas que tiene más ventajas que la otra y viceversa. Por ejemplo, si prefieres un sabor más afrutado es mejor decantarse por la sangría, mientras que si deseas un toque más intenso la mejor elección siempre va a ser el tinto de verano.

Orígenes

En cuanto a las resacas, el peor aliado tras una noche para el recuerdo, la sangría digiere mucho peor los estragos del alcohol y acentúa notablemente el dolor de cabeza y la aparición de jaquecas por culpa del azúcar. La historia también otorga una exclusividad a los protagonistas de esta noticia. El punto de partida del tinto de verano está ubicado en una venta de Córdoba, que comenzó a comercializar esta bebida a principios del siglo XX. Los artistas, entre ellos bailaores y cantaores, se reunían en este punto para consumir un vaso de vino mezclado con gaseosa.

Sin embargo, la historia de la sangría no está muy esclarecida debido a la cantidad de hipótesis que circulan por Internet acerca de su origen. Se dice que esta bebida nació hace más de 200 años, cuando los campesinos españoles mezclaban vino con las frutas que no se vendían en los comercios. Otras teorías afirman que la sangría fue inventada en varios puntos de Sudamérica a raíz de la colonización de nuestro país en algunos de sus territorios.