El Festival de Eurovisión de Suecia 2024, celebrado hace tan solo dos semanas, fue el certamen más polémico de la historia reciente del concurso. Las dudas sobre la participación de Israel, además de la descalificación del representante de los Países Bajos por un incidente del que todavía no se ha tenido un conocimiento exhaustivo hicieron dudar a muchas candidaturas sobre si, finalmente, subirse o no al escenario del Malmö Arena.

Lo que no era esperado es que los líos fueran a seguir apareciendo incluso dos semanas después del festival. El medio sueco ‘Sydsvenskan’ ha contado que los agentes de policía, procedentes tanto de otras partes del país como de los países nórdicos vecinos, que estuvieron trabajando en el evento están siendo investigados internamente por el supuesto robo de cuatro bolsas de patatas fritas.

Los hechos sucedieron el 6 de mayo y desde el establecimiento propietario, un bar del parque Folkets, no le dieron la mayor importancia. “Nunca supimos por qué se las habían llevado. Fue la Policía la que vino a nosotros unos días después instándonos a que lo denunciáramos”, relató al citado medio la propietaria del pub, Ellen Almqvist.

Hasta el momento no hay ningún sospechoso ni tampoco se han presentado cargos por la existencia de un delito. “Los hechos son graves. No buscamos ninguna compensación, pero lo correcto debe ser lo correcto”, según precisa Almqvist.

En la misma línea apunta la comandante de Policía durante el festival, Petra Stenkula. “Creo que es bueno avisar si algo ha salido mal. Si hubiera sido así, sería grave. Está bien que se haya hecho un informe para que se pueda saber qué ha pasado”, zanjo la agente, que no puede hacer más declaraciones porque la investigación interna está en curso.

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