El susto de Marta Riesco que ha terminado en urgencias: “Estaba ahogándome”

Las redes sociales son el hilo que conecta dos vasos, empleando un símil con el clásico juego en peligro de extinción. En el caso de los influencers, una concatenación de nudos acompaña el mensaje que alguien quiere dejar a su ejército de seguidores. Cuando se trata de un tema serio, la preocupación no tarda en recorrer la cuerda, como si de una chispa eléctrica en un cable de bronce se tratase. Así lo ha experimentado la periodista y antigua reportera de El programa de Ana Rosa, Marta Riesco, quien ha hecho saltar todas las alarmas al relatar su ingreso en urgencias por un problema respiratorio.

Todo empezó con un llamamiento al mercado laboral. “Lo único que pido es volver a trabajar en lo que llevo haciendo desde hace 15 años. Espero que el resto de cadenas, programas, presentadores valores el trabajo que he estado desarrollando y me brinden la oportunidad de volver a hacerlo”, clamaba, y añadía: “sólo pido TRABAJO. Además de todo este infierno que me tocó vivir [la ruptura con Antonio David] no me ha sonado el teléfono ni una vez para volver a mi profesión”. Tras estas directas peticiones se producía un giro de guion radical materializado en una storie en el hospital: “pues al final he acabado en urgencias”.

48 horas en silencio y “200 pastillas”

“Chicos, estoy aquí por la garganta. Por suerte, por otros temas hace mucho que no estoy... Como os dije ayer he perdido la voz y hoy ya estaba ahogándome... entre eso y que me cuesta respirar, pues he preferido venir aquí a que me digan qué tengo y que me manden algo más fuerte”, notificaba la reportera, justo antes de calmar las aguas: “pero que estoy bien. Os quiero”. Tal y como muestra en una fotografía del diagnóstico, el susto se ha tratado de un episodio de laringotraqueítis, un síndrome respiratorio leve que provoca algunas de las manifestaciones que la periodista estaba experimentando, desde tos perruna hasta disfonía.

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Con todo, Riesco ha detallado con más precisión los pormenores cómicos del asunto que aquellos sanitarios. “La parte graciosa de todo es que hasta malita caigo en gracia. El doctor me ha dado a seguir por Instagram (le he ocultado ya las stories) y me ha dado en una nota su número de teléfono, ¿cómo os quedáis?”, relataba. Otro personaje internaba en la historia de manera triunfal: “primera pregunta de mi madre: ‘¿y era mono?’”

Posteriormente ha publicado imágenes de antibióticos, así como del tratamiento que debe seguir, y ha confesado que dormirá en casa de su madre mientras esté enferma. “Ahora empieza la doctora Chusa, mi madre, que no es doctora pero sabe de todo y después de las 200 pastillas me ha dicho que lo que me va a curar es esto”, dice mostrando un caldo y tapándose la cabeza con un paño. Después, ha revelado el camino de su cura definitiva: debe permanecer 48 horas en silencio.