El padre Apeles, sobre su salud: “Es muy delicada”

José-Apeles Santolaria de Puey y Cruells fue durante muchos años una de las personalidades más controvertidas de la televisión en España. Brilló en programas como ‘Gran Hermano VIP’ y ‘Espejo Público’, entre otros, pero allá por la década del 2010 cayó a los infiernos al engancharse a los somníferos: “Cuando dejaban de hacer efecto, los mezclaba con whisky para poder dormir”, tal y como confesó anteriormente en una entrevista a ‘El País’.

Dejó a un lado la pequeña pantalla, y se fue a Roma, donde se encuentra en estos momentos dedicándose al estudio, alejado de la vida pública. Y es que ha sido ahora cuando ha concedido una entrevista a ‘Semana’, donde ha confesado que le queda poco tiempo de vida: “Mi salud es muy delicada y estoy pensando más en el otro mundo que en este. En cuanto a ánimo estoy genial y no me quejo de nada. Viví intensamente muchas cosas que la mayoría de la gente no vivirá en toda su vida, así que no me lamento y doy gracias a Dios.

El padre Apeles admite también que no volverá nunca a la televisión, y tampoco tiene proyectos entre manos: “Ya no me queda vida para ningún proyecto ni a corto ni a medio plazo. Solo vivo lo poquito que me quede intentando ser feliz y haciendo felices a los pocos que están a mi lado y esperando encontrarme pronto con Dios”.

Nunca se preocupó por el dinero

Fue muy famoso en toda España, pero tal y como señala a la revista citada, el dinero nunca le preocupó: “Eso lo dejé siempre en manos de mi representante. Cuando estás embriagado por tu trabajo y por tu fama, no te preocupa nada el dinero. De verdad. Económicamente, era muy exigente, pero no por el interés del dinero, sino por el respeto, por hacerme valorar. Solo participaba gratuitamente en los actos benéficos. Me movía muchísimo más la vanidad que el dinero”.

Ahora bien, admite sentirse dolido, pues en la pequeña pantalla conoció mucha gente que creía que eran sus amigos: “Conocí prácticamente a todos los personajes del show business. Conocer personalmente a Joselito, a Laura Valenzuela, a Carmen Sevilla... A personajes a los que yo había admirado en mi infancia fue una gran experiencia. Conocí a excelentes artistas, a bellísimas modelos, a escritores, a políticos... Y además muchos de ellos eran mis admiradores. Creí incluso que algunos eran mis amigos, pero se fueron con mi fama. Y sí, me dolió”.