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El infierno de Gervasio Deferr tras su retirada: “Me despertaba con sangre”

El exgimnasta artístico ha hablado con Jordi Évole sobre el momento de su retirada, cuando dejó de tener objetivos y cayó en el alcohol, entre otras cosas.

El infierno de Gervasio Deferr tras su retirada: “Me despertaba con sangre”

Gervasio Deferr ha sido el protagonista de este domingo en ‘Lo de Évole’. Un programa en el que el atleta profesional, ganador de dos oros olímpicos en salto de potro (Sydney 2000 y Atenas 2004) y una plata en suelo en Pekín 2008, se ha sincerado sobre cómo ha sido su vida durante su carrera profesional y su retirada.

Para recordar todos estos momentos, Jordi Évole le fue a visitar a su gimnasio, situado en el barrio de La Mina, en Barcelona, el lugar donde se crió y donde hoy en día trabaja con niños y niñas para tratar de convertirles en el atleta que ha sido él.

Su retirada provocó la llegada del alcohol a su vida

El catalán acabó cayendo y decidió retirarse, un punto de inflexión en su vida y en la de muchos deportistas, quienes dejan de tener un objetivo en mente: “No sabía qué hacer”; y fue ello lo que le hizo tocar fondo, cayendo en el alcohol, las drogas y en pensamientos suicidas.

“Por fin podía hacer lo que quiera, yo no tendría que pasar doping. En ese momento fumo, salgo, bebo y pierdo el tiempo. Me quedo tres años en Madrid pensando si me retiro o no, pero cada día estoy desde las 15:00 en bares con amigos y con vida social. Era dormir por la mañana, comer y luego por la tarde otra vez. Hubo un momento que me di cuenta que llevaba seis años bebiendo todos los días. Seis o siete medianas y dos o tres cubatas. Sin nada que hacer ni objetivo, al final te envenena”, ha comenzado explicando a Évole.

Le surgió de repente la oportunidad de participar en ‘Splash’, el programa de televisión que ganó: “Lo hice por dinero, aunque les dije que yo iba a ganar. Fue un cheque de 50.000 euros”. Un programa en el que Gervasio no fue feliz, sino que simplemente quería ganar el premio para hacer frente a las dificultades económicas que atravesaba. “¿Cómo puede ser que yo tenga tres medallas olímpicas y me queden 15 años de hipoteca?”, se ha cuestionado.

El alcohol le hizo mucho mal a Gervasio, que de repente se vio sin su pareja y viviendo todo un infierno. Un momento en el que no sabía cómo estaba. “Había mañanas que me despertaba con sangre y no sabía si me había peleado. No sabía qué hacer y volvía a pasar, por mucho que me decía que no”, ha añadido. Ello también le alejó de su madre cuando le dio un infarto: “Si llega a morir, yo no estoy aquí. Yo no podía estar ahí, estaba ciego, ella estaba en Gerona y yo en Sant Cugat”.

Fue entonces cuando el atleta olímpico pidió ayuda a Alejandro Blanco, el presidente del COE, quien le ayudó a entrar en un dentro en el año 2017. Allí es donde estuvo 10 meses, cuando le dijeron que era un “politoxicómano”.

Cinco años después, el atleta recuerda esa etapa como pasado, centrado en su gimnasio, sus entrenamientos y con el objetivo de enseñar el deporte que tantas alegrías le ha dado con el paso de los años, convirtiéndose en todo un ídolo.

Su oro en Atenas

Su relación con el alcohol siempre complicó su vida deportiva, aunque lo cierto es que no influyó demasiado en su oro en Atenas. Gervasio Deferr reconoció que la noche previa a la gran final se fue de borrachera: “No me acuerdo cómo me fui a dormir el día antes de la final en salto. El mismo día de la final de suelo, que fallo, salgo de la zona de competición y me pido una jarra de cerveza grande. En aquel momento, a mí todo lo demás me daba igual. No tenía resaca. Los nervios, la adrenalina, el lugar, la presión de la competición... estábamos muy entrenados. Yo me fui de Atenas con una medalla de oro y pensando que había fracasado. Absolutamente. No me importaba el salto, iba a por el suelo a demostrar que era el mejor”.