HERENCIAS

El heredero de Hermès quiere adoptar a su jardinero para entregarle su millonaria fortuna

Nicolas Puech, descendiente de quinta generación del fundador de la firma de marroquinería, está soltero y no tiene hijos. Su patrimonio sobrepasa los 10.000 millones de euros.

El heredero de Hermès quiere adoptar a su jardinero para entregarle su millonaria fortuna

Hay familias que poseen imperios. No es común, pero existen. Las fortunas que se amontonan detrás de marcas comerciales cuyos logos dan la vuelta al mundo —en diferentes direcciones— pertenecen, a veces, a un apellido concreto. Sucede que entre el siglo XIX y principios del XX muchos aventureros del negocio, primeros receptores de la industrialización, se lanzaron a abrir empresas amén de un incremento de las inversiones global y el crecimiento de la economía. Muchos probaron suerte y la encontraron.

Así le ocurrió a Thierry Hermès, fundador en 1837 de la firma francesa de marroquinería que lleva por nombre su apellido. La más exclusiva del mundo. Hoy su imperio está en manos de un descendiente de quinta generación, Nicolas Puech Hermès, quien posee el 5′7% de las participaciones de la marca, lo que le convierte en el mayor accionista individual. Su fortuna está cifrada entre los 9.400 y los 10.400 millones de euros, valor que podría comprar más de un imperio en términos históricos.

A sus 80 años, al magnate, que siente devoción por España y hasta posee una finca en Aracena (Huelva), se le presenta un dilema: está soltero y no tiene hijos. Es decir, no tiene a quién dejar su inverosímil herencia. Así las cosas, son varios los medios europeos que ya apuntan a quién podría ser el destinatario. Su jardinero.

La adopción de un manitas

La trama, que parece extraída de una novela de Agatha Christie, encuentra a su particular beneficiario en un “exjardinero y manitas”, según recoge Il Corriere della Sera; un “antiguo jardinero y personal de mantenimiento”, descifra Tribune de Genève. El hombre que se esconde detrás de estas palabras es un marroquí de 51 años casado con una española, que tiene dos hijos y que trabajó para Puech de una forma fiel e incansable. El descendiente del primer Hermès quiere premiarlo. Y para ello tiene que adoptarlo.

No es baladí ni volantazo repentino. La voluntad de Puech quedó redactada en un documento que él mismo dirigió a su abogado, con rúbrica en octubre de 2022, y en el que enfatiza sus intenciones de “poner en orden su situación sucesoria” con las instrucciones que se deben seguir para que así sea. Tal y como ha especificado el rotativo de Ginebra, los trámites ya estarían “en proceso”, aclarando que “en Suiza, adoptar a un adulto no es imposible, pero sí inusual”; como resultado final, se le permitiría heredar “al menos la mitad” de la fortuna.

Un viraje en los acontecimientos

Pero hay un giro inesperado en la historia. Allá por 2011, Puech firmó un pacto sucesorio con la Fundación Isócrates, que combate la desinformación mediante diversas ONG que apoyan el sector periodístico. La circunstancia jurídica es la siguiente: este documento es más vinculante que un testamento, lo que cortaría de raíz los planes para el futuro del antiguo jardinero.

Puech, consciente de ello, escribió el pasado mes de febrero a la organización para comunicarle sus intenciones; y esta, a su vez, negó conocer ningún cambio en el acuerdo inicial y lamentó profundamente las “actividades de utilidad pública” del magnate, que considera “amenazadas en su sostenibilidad” por factores “que escapan completamente a su control”. Por el momento, el diario ginebrés sostiene que todo sigue su curso legal.

En un último viraje de los acontecimientos, la organización que se yergue como obstáculo para que el marroquí adquiera la fortuna, la Isócrates, se presenta como un viejo conocido. No siempre se llamó así. En sus inicios recibía el nombre de Fundación Nicolas Puech, puesto que fue él quien impulsó su labor no lucrativa. De sortearla, el jardinero, aunque heredase “únicamente” la mitad de la cifra, se convertiría, de facto, en una de las personas más ricas del planeta. Porque hay familias poseen imperios, pero también hay imperios que sobreviven a familias; y no, no es el mayordomo.