El guiño de Danna Paola a la chica de la que se enamoró en España: “Carta a mi amor platónico”

Danna Paola ha experimentado una metamorfosis. Tras el estreno de su sexto y último álbum de estudio, ChildStar, la artista mexicana, que acumula 34 millones de seguidores en su perfil de Instagram, ha abierto las persianas de su carrera para que la luz del cambio alumbre una suerte de maduración. Ahora se llama Danna. Y con su nuevo nombre, mitad del anterior, se encuentra ahora de gira promocionando este último trabajo.

Siendo esta la circunstancia, ha trascendido la entrevista que ha concedido a Podcast del Momento, presentado por la drag queen Turbulence y Burrita Burrona, donde habla del proceso en el que le han crecido las alas musicales y, además, revela el guiño que ha incluido en una de las canciones de este álbum; referencia que, más que sutil, es toda una carta de amor a la que fue su amor platónico: una chica que conoció en España.

“En el disco hay una canción que se llama Platónik, que se la escribo a una chica la cual yo me enamoré en España. Fue muy fuerte porque nunca se lo dije”, confiesa. Tras aquel silencio sentimental, quién sabe si ambas conscientes del sentimiento que, por lo menos en lo que a Danna respecta, flotaba entre las dos, llega este texto musical en forma de aquello que nunca dijo: “Esta es mi carta de amor a mi amor platónico”.

La letra de la canción es un rompecabezas, versos que son piezas de puzle, cuyo retrato final sólo pertenece a la imaginación de Danna. “Fue un beso inocente, un juego diferente, ¿y qué podría pasar? Fue un beso nada más”, puede escucharse al principio. Después, la letra comienza a dar vueltas en torno a un mismo tema adquiriendo la forma de un tornado de viento sensual y emotivo; frases como “no puedo evitar lo que pienso en mi cama”, “no hay nadie como ella” o “sus labios son estrellas” vienen a explicar por qué Danna recuerda, quién sabe cuánto después, por qué se sigue “muriendo por ella”.

Sobre la ruptura del tabú sexual

Tal es la liberación de la artista en su último trabajo que, a la vez que rompía las sedas del capullo, ha hecho de sus pensamientos una doctrina; especialmente en lo relativo a lo sexual: “Soy un adulto porque la gente aún sigue con el ‘ya no es la niña linda’. No; me gusta coger, verga. Exploro esa seguridad conmigo, la sexualidad de la mujer que está súper mal vista, súper machista”.

“Este álbum fue la primera vez que hice las paces, es una manera de liberarme y de madurar”, resume, antes de sintetizar en una frase una idea que ya es insignia de su disco: “El sexo es un tabú, pero para mí es un acto espiritual y un acto poético”.

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