El espectacular arranque del primer ‘Tiempo de Juego’ sin Pepe Domingo Castaño

“Hola hola, Tiempo de Juego”. Así ha empezado, como tantas veces, el programa que infinitas tardes y noches de fútbol y deporte ha acompañado a los oyentes de COPE. Pero era otra voz. “Tenía pensado decir hola a secas, pero Manolo Lama me ha convencido de que hoy, más que nunca en el primer día de la radio sin Pepe, en nuestro primer día de la vida sin Pepe había que usar su grito de guerra. Aunque a mí gritar, Manolo, no me sale”. Eran las cuerdas de Heri Frade las que vibraban.

La noticia ha caído como plomo, o como la lluvia que ha ennegrecido la madrugada castiza. “José Domingo Castaño Solar falleció esta madrugada en Madrid de forma inesperada, rodeado de los suyos”, se deslizó entre sus labios, entre las redecillas metálicas del micrófono y bajo una espumilla que ha escuchado a Pepe hasta el último de sus días. Al oyente le ha aclarado la ausencia principal del programa: “y entre los suyos estaba Paco González, representándose a sí mismo, al equipo y, por supuesto, a todos ustedes”. La pérdida era para todos. Ese era el mensaje. “A la familia radiofónica se nos ha ido el amigo, el compañero, la cabeza, el pegamento. El referente de cómo trabajar para vivir y no al revés. A todos se nos ha ido la leyenda”, ha proclamado, como quien grita al cielo.

Su trayectoria habla por sí misma. “Hay que ser muy grande para trabajar en siete décadas diferentes, en formatos diferentes, y siempre con éxito”, ha dicho Frade, atesorando en pocas palabras una carrera legendaria, una voz inmortal que jamás se apagó. “Pepe era radio, sobre todo radio. Y era Tiempo de Juego. Y era la voz de la publicidad en Tiempo de Juego. Lo exprimió hasta la última gota. Lo que hacen los genios, vamos”, nunca, nunca se terminó el eco de sus anuncios, la publicidad hecha género. La eternidad convertida en poesía. “Para los individuos como nosotros, hoy es un día muy difícil, pero muy hermoso”, dijo hace años un Pepe Domingo Castaño que aterrizaba en COPE después de una larga travesía por la SER. El hombre que unió todas las ondas en una misma felicidad. El amor por la radio.