CINE

El director de cine Carlos Vermut, acusado de violencia sexual por tres mujeres

Una investigación de ‘El País’ recoge los tres testimonios en los que se detallan los sucesos protagonizados por el ganador de la Concha de Oro 2014.

El director de cine Carlos Vermut, acusado de violencia sexual por tres mujeres

La sombra de la agresión vuelve a cernirse sobre el cine por enésima vez en los últimos meses. La primera este año. Tres mujeres han asegurado haber sufrido “violencia sexual” por parte del director de cine español Carlos Vermut, tal y como ha revelado en exclusiva El País tras llevar a cabo una investigación en la que ha recogido las declaraciones de las supuestas afectadas: una estudiante de cine, una empleada de una de sus producciones y una trabajadora del sector cultural.

Los tres testimonios, que relatan sucesos acontecidos entre 2014 y 2022, tienen en común el dato de que el director aprovechó presuntamente su ventaja de su reconocimiento y nombre en el sector cinematográfico para mantener relaciones sexuales con ellas sin ningún tipo de consentimiento. Vermut ganó en 2014 la Concha de Oro de San Sebastián por Magical Girl y obtuvo varias nominaciones en la última edición de los Premios Goya por Mantícora.

La defensa del cineasta

Sin embargo, esto choca de lleno con las respuestas que el cineasta, con quien se ha hablado hasta en tres ocasiones, ofrece al respecto, también recogida en el extenso reportaje. “He practicado sexo duro siempre de manera consentida porque creo que es muy importante”, asegura, a lo que añade que “otra cosa es que la persona en su casa después se sintiera mal y a lo mejor en el momento tuviese miedo a decirlo” y que, de ser así, eso “no lo puede saber”.

“Me gustaría que saliera publicado que he tenido muchas relaciones de muchos tipos, siempre queriendo que la otra persona esté bien. Y creo que haber tenido una vida sexual promiscua y haber tenido sexo de muchos tipos puede llevarte a situaciones como esta”, insiste el cineasta.

Reconstrucción de los episodios

Las escenas aparecen detalladas en el relato de cada una de las mujeres. La primera de todas hace referencia a un episodio que tuvo lugar en mayo de 2014 y en el que el director, tras ser invitado por ella a subir a su casa, se volvió inesperadamente agresivo. “Se tiró encima de mí, empezó a estrangularme. No lo vi venir. Yo empecé a darle patadas. Estaba muy asustada”, dice.

La segunda de ellas describe una escena en la que el cineasta se le echó encima y comenzó a tocarle los pechos sin su consentimiento, arrancándole el sujetador. Y la tercera, que trabajaba para él, hace referencia a un “trato denigrante, tanto verbal como físico” que recibió, más allá de la violencia de las relaciones sexuales que mantuvieron, y que culminó con un episodio en el que relata cómo fue encerrada en su casa.

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Cuando se le pregunta a las tres por qué no optaron por denunciar aquellos tratos, las respuestas coinciden en una barrera construida sobre el miedo: dos de ellas temían quedarse sin empleo; a la tercera mujer, directamente, le asustaba no volver a obtener ninguno. Y por ello también han querido mantenerse en el anonimato.

Sin embargo, las tres coinciden en haber firmado una declaración jurada y firmada, en la que ratifican haberse pronunciado sobre estos sucesos, y aportan, además, pruebas que respaldarían sus versiones sobre el último episodio en el que se percibe el fantasma de la agresión sexual que, en los últimos tiempos, sobrevuela el panorama cinematográfico.