JUSTICIA

El chef David Peregrina y su mujer fueron asesinados por “una deuda”

La Policía brasileña ha informado que la principal hipótesis es que la pareja fue asesinada a manos de un antiguo empleado del restaurante del chef español.

El chef David Peregrina y su mujer fueron asesinados por “una deuda”

El mundo de la gastronomía se vistió de luto hace unas fechas a consecuencia del asesinato de David Peregrina Capó, de 53 años, y su mujer, Érica da Silva Santos, de 38 años, ambos hallados sin vida en el restaurante que regentaban en la turística localidad de Porto Seguro, en Ilha do Pau do Macaco (Brasil).

Semanas más tarde, la Policía brasileña ha compartido un comunicado en el que manifiesta que la principal hipótesis es que la pareja fue asesinada a manos de un antiguo empleado de su negocio gastronómico. ¿El motivo? Un acto de venganza motivado por culpa de una deuda que el chef contrajo con esta persona. El sospechoso ha sido identificado como Eliandro Lourenço de Menezes, aunque se encuentra en paradero desconocido. La Policía ha emitido una orden de captura.

El informe recoge que el presunto asesino habría acabado con la vida del cocinero español y su mujer porque la pareja manifestó su negativa de entregarle la propiedad del islote donde está ubicado el restaurante. Una promesa que hizo el matrimonio como pago de sus servicios, pero que nunca cumplió. Peregrina rechazó el traspaso de este inmueble, dado que sopesaba una orden de busca y captura por narcotráfico contra el acusado. Un hijo del sospechoso, cuya identidad es anónima, está siendo investigado después de entregarse a las autoridades de Porto Seguro.

Condenado por estafa

Tras el asesinato, salió a la luz que David Peregrina fue condenado por la justicia de Mallorca hace más de una década por delitos de estafa, apropiación indebida y falsedad documental. El chef se fugó a Brasil tras ser declarado en busca y captura tras no personarse en los tribunales. Fue uno de los 28 acusados de una trama denominada ‘hipotecas fantasmas’. Llevó a cabo un plan en el que montó una red de falsos préstamos hipotecarios entre los años 2003 y 2004, donde consiguió más de dos millones de euros gracias a su condición de director de una sucursal bancaria.

En 2012, se celebró el juicio, pero el cocinero no estuvo presente. La mayoría de los acusados eran jóvenes que firmaron estas falsas hipotecas por una cantidad en torno a los 1.000 euros. El chef fue condenado a tres años y nueve meses de cárcel por esta causa.