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¿De dónde viene la expresión ‘salvado por la campana’, cuál es su origen y significado?

Esta frase, una de las más conocidas a la hora de expresar que alguien ha escapado de un peligro importante, puede tener su origen en el deporte del boxeo.

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La campana, un elemento muy conocido, en deportes como el boxeo o lugares como las iglesias.

Las expresiones y frases hechas son una constante en España. Tienen que ver con todo tipo de situaciones y lugares de la vida cotidiana. No solo eso. También se pueden usar cuando alguien está en peligro. Incluso, si se encuentra en dicha tesitura y consigue salvarse de forma agónica. Este es el caso de la expresión ‘salvado por la campana’.

Este dicho se refiere directamente a cuando alguien escapa de un peligro importante ‘por los pelos’. Eso sí, muy poca gente conoce cuál es el origen de esta sentencia, a pesar de ser muy popular y usada de forma habitual.

El boxeo y las campanas, origen del refrán

A pesar de lo que pueda parecer, es en el deporte del boxeo donde nos podemos encontrar el origen de ‘salvado por la campana’. Esto se remonta al último cuarto del siglo XIX. El lugar, Inglaterra. En esta disciplina se decidió introducir una serie de reglas para impedir la violencia excesiva y la brutalidad que se producía en los combates entre púgiles.

Una de las medidas que se tomaron fue introducir una campana. ¿Qué se hacía con este elemento? Con el sonido, se indicaba el principio o el final de un asalto. Lo que se conseguía, de paso, era que un boxeador, si estaba recibiendo una paliza, obtuviera un tiempo de descanso para recobrar fuerzas y escapar del asedio al que estaba siendo sometido.

Esto funcionó, al parecer, ya que no son pocos los boxeadores que, estando contra las cuerdas, lograron recuperarse tras descansar, e incluso se llevaron los combates en los que estaban involucrados. De esta forma, se puede considerar que estuvieron ‘salvados por la campana’.

Otra teoría apunta a los cementerios

No solo existe la teoría pugilística para referirse al origen de esta expresión. También se alude a elementos más fúnebres. Hace unos siglos, había personas que, cuando eran enterradas, no habían fallecido. Esto se debía a que estaban afectadas por la conocida como ‘catalepsia’ o diferentes enfermedades que les hacía aparentar como fallecidos.

Algunos puntos de vista afirman que, para evitar que se produjese tan terrible error, se colocaba a una distancia cercana al féretro una campana. ¿Cuál era el objetivo? Que, si la persona no estaba realmente fallecida, pudiera hacer sonar este elemento, y hacer saber que no había muerto, que tenía una enfermedad o problema que hacía parecerlo.

Otros afirman que la campana estaba en el interior del ataúd. Incluso, otra teoría apunta a que había una persona vigilando. Durante algunos días después del entierro, alguien se quedaba pendiente de si a quien se había dado sepultura estaba vivo y se habían equivocado.

Eso sí, según a lo que aporta 20 Minutos, el origen es más cercano al deporte del boxeo que a los enterramientos. De hecho, según a lo que se informa, en ningún momento se llegó a relacionar el nacimiento de esta expresión con los enterramientos.