David Bustamante y sus deudas en la adolescencia: “Como economista iba mal”

David Bustamante regresó a su querida tierra, San Vicente de la Barquera, un lugar en el que están congregados los recuerdos más emotivos de su vida con su familia y amigos como protagonistas. Lo hizo junto a Albert Espinosa, maestro de ceremonias de El camino a casa, que estrenó este martes su tercera temporada en La Sexta.

El escritor y el artista recorrieron las calles de la localidad cántabra. Allí coincidieron con algunos de los profesores que Bustamante tuvo en su periplo escolar o con la dependiente de la cafetería donde compraba sus chocolatinas favoritas. Entre visita y visita, el invitado reveló varias anécdotas que marcaron su adolescencia, como la deuda que contrajo por un regalo que le hizo a su madre, Ada Hoyos.

“Me endeudé, como economista ya también iba mal”, comenzó diciendo. Bustamante cuenta que con su primer sueldo de albañil, que fueron unas 80.000 pesetas, compró una pulsera de oro blanco y brillantes que no se ajustaba a su bolsillo. “Le quise hacer un regalo a mi madre y me gustó mucho una pulsera de oro blanco y brillantes, que valía 95.000 pesetas”.

“Mi Ferrari y mis cadenas de brillantes es que a mi familia no le falte de nada”

Este déficit económico no alteró al cántabro, quien asegura que “su verdadera riqueza es poder dar calidad de vida y hacer regalos a sus seres queridos” durante toda su vida. “Mi Ferrari y mis cadenas de brillantes es que a mi familia no le falte de nada”. Bustamante palió la deuda contraída con más horas de trabajo en la obra. “Estuve dos meses trabajando para poder pagar la pulsera”.

El artista también compartió con Espinosa el peor momento de su dilatada trayectoria. Se destrozó la garganta tras dar un concierto cerca de unos olivares que le dieron alergia. Eso hizo que se quedara sin voz durante muchos meses, pero, por suerte, se pudo recuperar y regresar a los escenarios.

“Estuve dando un concierto en unos olivares y me dio alergia. A los 20 minutos, me quedé sin voz, pero yo seguí. Cuando terminó el concierto, me destrocé la garganta. Fue un momento duro, pero gracias a Dios estoy totalmente sano y sigo teniendo el mismo registro. Estuve muchos meses sin poder hablar ni cantar (...) Imagínate no poder ir a trabajar, encima mi personalidad es de hablar mucho”.