¿Cuál es la calle más corta de Madrid, dónde está y cuántos números tiene?
La calle Rompelanzas, con una distancia de 27 metros, es la vía más pequeña de la capital de España. Se encuentra en pleno centro, cerca de Sol.
El callejero de la ciudad de Madrid es de lo más amplio. En el año 2010, conmemorando el nacimiento de este elemento, el Ayuntamiento de la capital de España anunció que la localidad contaba con más de 9.000. 9.139 concretamente. Además, la población no deja de crecer. En 2018, los datos confirmaban que el municipio superaba los 3 millones de habitantes.
La ciudad tiene calles de todo tipo: anchas, grandes, largas, pequeñas… En esta ocasión, se habla de la vía más corta de la localidad que da nombre a la Comunidad Autónoma. Este es uno de los detalles más desconocidas de la capital de nuestro país. Aquí, detallamos todo lo que hay que saber sobre esta dirección, que cuenta con su propia historia.
Rompelanzas, la vía más corta de la capital
La calle más corta de Madrid es la que cuenta con el nombre de Rompelanzas. Con una distancia de 27 metros, se encuentra en una de las zonas más céntricas de la capital. Se localiza entre dos de las plazas más conocidas, la del Sol, sede de la presidencia de la Comunidad, y la de Callao, en plena Gran Vía.
Esta dirección tiene una función de enlace entre las calles del Carmen y la de Preciados. Asimismo, también sirve como conexión entre las vías de Mesonero Romanos y Maestro Victoria. A pesar de que muchos no la conocen, es una de las más transitadas, ya que así se localiza la oficina de venta de entradas de la FNAC.
La calle cuenta con un único número
Esta vía de la ciudad madrileña es tan pequeña que apenas cuenta con un solo número. Curiosamente, es el 1. Según ‘Google Maps’, este corresponde a un aparcamiento para bicicletas.
El origen de su nombre se remonta al siglo XVI
Otro de los aspectos más llamativos que tiene que ver con la calle Rompelanzas es en el origen del nombre que le da lugar. Para ello, se debe remontar al siglo XVI. En aquella época, poco después de su inauguración, se produjo en evento que generó que se nombrara como ha llegado hasta nuestros días.
En ese momento, dos carruajes pudieron ver cómo sus lanzas (las varas de madera que unían al vehículo con los caballos) se rompían al entrar en esta calle, debido a lo estrecha que era. Es este motivo por el que se le conoce de esta manera a la vía más corta de la capital de España.