¿Cómo se llama realmente C. Tangana y cuál era su seudónimo anterior?

Mucho antes de que se preguntase cuánto faltaría para que le empezase a odiar aquella chica que desfilaba en Milán, C. Tangana ya dedicada canciones a su parque natal, al frío de Madrid y al rap que llevaba tatuada la suela de sus zapatillas rotas. Pucho es cantante y lo ha sido desde hace años, de diferentes formas y con distintos nombres.

Los orígenes musicales son también los de su biografía. Antón Álvarez Alfaro abrió los ojos por primera vez en la capital de España allá por 1990 y creció entre los barrios de Latina y Carabanchel. Su padre, así como sus ascendientes por esta rama, es gallego; su madre, se Ifni y con raíces andaluzas. Esta mezcla dio pulsiones a un ritmo artísticamente peculiar, de fusión, que empezó expresando a través del género que mejor fusiona lo austero y lo bello: el rap.

Fue durante la secundaria cuando se interesó por algo que se llamaba freestyle, una corriente underground que había comenzado a generar escuela en algunos distritos de Madrid. Improvisar palabras, crear oraciones y emplearlas para rapear o atacar a tu oponente sobre una base de boombap básico. Inmerso en el aire callejero de aquellas primeras composiciones empezó a hacer circular sus maquetas. Entonces firmaba como ‘Crema’. El rastro de aquel seudónimo permanece imborrable en la ‘C’ de su nombre.

Antes del cielo, Agorazein

Su primera gran incursión en el panorama se dio en mayo de 2008, fecha rodeada en algún viejo calendario como el momento en el que sacó su primer gran trabajo en lo que fue, además, el estreno del colectivo de rap que dio nombre al proyecto: Agorazein. Crema, Sticky M.A., Jerv, Agz., Fabianni e I-Ace se presentaban al mundo. Tres años más tarde, el grupo sacaría un álbum que terminaría por escribir el nombre con el que el planeta conoce a Antón: Agorazein presenta... C. Tangana.

No tenía intención de que aquello marcase el devenir de su carrera, pero a veces la vida es tan fácil que se ignora la magnitud de lo imperecedero. Según él mismo reconoció en alguna que otra entrevista, primero adoptó el nombre por un tema estético y, después, quedó tan bien que no quería quitarlo. Agorazein seguía marcando adolescencias y tejiendo amores de chándal hasta que un día dejó de hacerlo. Y Pucho lanzó su carrera en solitario.

De un tiempo a esta parte, Antón ha vuelto a reivindicar sus orígenes haciéndose llamar ‘El Madrileño’, el sobrenombre que continúa a ‘C. Tangana’. Sin embargo, sus raíces, aquellas que hablan del tiempo en el que soñaba abrir el paraíso con una ganzúa, ya se leen entre las líneas de su nombre artístico; aquel que tenía cuando dormía junto a él la chica de las campañas de Prada.

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