Bigote Arrocet se enfada: “Ni soy malo ni tengo extensiones”
El que fuera pareja de la malograda María Teresa Campos ha vuelto a responder a las críticas que recibe por parte del plan de la periodista.
“Que se acabe el Edmundo no significa que se acabe el mundo”. Con estas palabras María Teresa Campos revelaba en su día en la revista ¡Hola! cómo había sido el final de su relación con Edmundo Arrocet, más conocido como Bigote.
Según la malograda periodista, este había roto con ella a través de un mensaje de WhatsApp, extremo que el chileno ha vuelto a desmentir en una entrevista a la sección Egos de La Razón. “He sentido una gran pena por su fallecimiento porque era una gran mujer. Estuvimos juntos seis años y todos son recuerdos bonitos, y repito que aquella historia no acabó por medio de un whatsapp”.
“No quiero polémicas con la familia de Teresita. Pero que nadie me tome por tonto. Ni fui el causante de su decadencia ni la dejé por whatsapp, ni le fui infiel en los seis años que estuvimos juntos. Se están diciendo muchas mentiras sobre mí”, dice el cómico, condenado por bigamia.
Edmundo Arrocet se muestra muy enfadado por la imagen que se está proyectando de él como el malo de la película, y culpa de ello a las hijas de María Teresa Campos, Terelu Campos y Carmen Borrego: “No soy el malo. Dentro de lo que cabe, con todo lo que están diciendo sobre mí, me encuentro bien. Ya estoy acostumbrado a que las hijas de Teresita me llamen de todo, y yo apenas las nombro, pero se ha formado un follón terrible. No les hago ni caso…”.
Motivo económico
Bigote cuenta en la entrevista que se dicen muchas falsedades sobre él. “Ni extensiones, ni implantes de pelo. Se lo inventan todo”. Y ve detrás de todo ello un motivo económico por parte del clan Campos para lucrarse. “No tengo nada que hablar con ellas… ¿Alguien cree que se iban a retractar de todo lo malo que dicen sobre mí? Seguro que no. Me imagino que tendrán un motivo económico, sacar dinero a costa de meterse conmigo. Para ellas, todo lo malo que ocurre en el planeta es culpa mía”, dice.
E insiste en que las hijas de la veterana periodista apenas se preocuparon por ella durante su relación. “Saben perfectamente que no miento, que apenas la visitaron en los años en los que yo estuve con ella. Terelu, apenas seis veces, y Carmen, menos. Esa es la pura verdad”, cuenta.
“Yo sé lo que fui para Teresa, lo felices que fuimos juntos y lo mucho que nos quisimos. Por eso molesta tanto la maldad de quienes se empeñan en empañar una historia que fue muy bonita mientras duró. No me arrepiento de nada, tengo la conciencia muy tranquila. Y si me he equivocado en algo, ha sido sin darme cuenta”, agrega.