Así ha sido la vuelta de Chanel a Eurovisión: nueva versión de ‘SloMo’ y diferente coreografía

Los focos estaban apagados, el público en relativo silencio y el escenario bajo una penumbra que parecía adherirse a las paredes del Malmö Arena. Una constelación de luces en el ateneo, móviles de los presentes que semejaban una constelación palpitante, vio aumentada la cadencia en que vibraban sus puntos brillantes; segundos después, una nube densa comenzó a brotar sobre la tarima principal, a cámara lenta y custodiada por un ejército de bailarines inmóviles, danzantes de terracota. Una figura se recortó sobre el fondo gaseoso. Chanel.

Europa vio cómo la 68º edición del Festival de Eurovisión daba la bienvenida a todos los presentes con un ritmo que podía parecer conocido pero que, en realidad, sólo lo era un poco. SloMo, la propuesta española que logró el tercer puesto en 2022, un bronce que sacudió todo un país y que, ahora, sonaba diferente. La artista española, de origen cubano, ha dado un giro explosivo a la canción que la catapultó a la fama y lo ha presentado al Viejo Continente a la par que abría las puertas de la semana magna del certamen.

Vestuario, baile y acompañantes

Son pocos los aspectos que Chanel ha decidido no tocar y que podrían reducirse, en términos generales, a la letra, que permanece inamovible. Por lo demás, otro guion, mismo éxito: la cantante dejó de lado el traje de luces que tanto la caracterizó y esta vez apareció ataviada con un body azul eléctrico que jugaba con transparencias y brillantes para deslumbrar, como una sala de espejos, a un público que no podía dejar de aplaudir al compás de la canción. Si llevó en su día el pelo recogido, ahora lo muestra suelto y con ligeras ondulaciones.

Diferentes rostros a su alrededor. Los bailarines que la auparon al cielo de Turín hoy no están, eran otros; desde Socialité avanzaban hace semanas que el motivo era un enfrentamiento cuya consecuencia principal fue el distanciamiento entre la cantante y sus compañeros de escenario.

Lo cierto es que tampoco fueron los mismos pasos: un problema de copyright sería el causante, según la opinión generalizada entre sus seguidores, quienes señalan a un conglomerado de motivos que mezclan la firma de Chanel por Sony y la creación de la coreografía por parte de Kyle Hanagami. El resultado final, el mismo que mostrará a lo largo de su próximo ¡Agua! Tour.

Tras ella, Eric Saade, representante de Suecia en 2011 con Popular, y Foureira y su Fuego, candidata de Chipre en 2018, subieron al escenario para hacer de la bienvenida un plato principal. Los tres, cómplices, fueron la carta de presentación de una edición de Eurovisión que ya destilaba grandeza antes de echar a rodar.

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