Así guarda Antena 3 el mayor de sus secretos con el bote de ‘Pasapalabra’

Rafa Castaño se llevó hace menos de un mes más de 2 millones de euros completando el rosco perfecto en Pasapalabra. En andaluz se hizo con el bote después de perseguirlo durante meses, pero hasta el día de la emisión apenas un puñado de personas sabían que era él el que lo había conseguido. Desde Atresmedia se esfuerzan en que no se filtre el ganador, y el reto era todavía mayor en esta ocasión porque además tenían que impedir que se supiera qué concursante había hecho historia. Tanto Rafa como Orestes eran serios candidatos y desde el grupo audiovisual querían explotar toda la semana en tema de audiencia sin revelar qué día se iba a emitir el último rosco de Castaño.

Desde el HuffPost han hablado con Atresmedia para averiguar cómo se gestiona tan importante acontecimiento y qué pasos se dan para evitar que la noticia se haga pública. “Una vez que Rafa se lleva el bote conectamos con sus padres y con su hermano para darles una sorpresa. Al ganar el mayor bote de la historia de Pasapalabra es un momento de muchos nervios y emoción, tanto de los concursantes como del equipo”, comienzan expresando.

“Tras ganar el bote, tanto Rafa como Orestes terminan su participación y los siguientes concursantes, que están prevenidos todos los días de grabación esperando su turno para la silla azul, entran a concursar y se inicia de nuevo el proceso. Después de entregar un bote acumulado se empieza con 100.000 euros como nuevo bote inicial”, agregan. Pero ya el mismo día que uno de los concursantes pronuncia la palabra ganadora se activa un plan con “un equipo multidisciplinar” que incluye gente de marketing, de programación y de redes que gestionará todo el proceso hasta la emisión del programa que muestra cómo se gana el bote.

La confidencialidad, un asunto muy serio

Desde que se graba hasta que se emite pasan aproximadamente dos semanas y durante ese tiempo Atresmedia tiene que asegurarse de que no hay la más mínima filtración. Los dos concursantes, Roberto Leal, los invitados famosos de ese día, los aspirantes a concursar, el equipo del programa y los que asisten como público son los pocos que saben uno de los mayores secretos de la televisión, además de la familia del ganador. Y desde la cadena tienen que firmar acuerdos de confidencialidad con todos ellos para evitar pérdidas millonarias en temas de publicidad y audiencia.

“Rafa tiene que guardar también la confidencialidad, aunque su familia y las personas más cercanas se enteran porque nosotros mismos grabamos su reacción y se comprometen también a no revelar nada”, apuntan desde la cadena para el HuffPost. También los invitados firman ese tipo de acuerdos, aunque desde Antena 3 sostienen que son los que menos les preocupan porque están “acostumbrados a cosas así” y es más difícil que se vayan de la lengua.