CINE
Así es el manifiesto que firmó Victoria Abril y que desencadenó la acusación de agresión sexual
La actriz malagueña rubricó un texto publicado en ‘Le Figaro’ que posteriormente fue criticado por la actriz Charlotte Arnould en la publicación donde, más tarde, se pronunció Lucie Lucas.
Tanto una gota de agua como un chillido rompen el silencio, pero el poso que deja uno no es el que permanece tras el otro. Por esa misma regla, cuando Lucie Lucas acusó públicamente a través de redes sociales a Victoria Abril de agresión sexual nadie pudo evitar que la reverberación de sus palabras desatase un terremoto mediático. Lo hizo en una publicación de Charlotte Arnould, actriz francesa que denunció por primera vez a Gérard Depardieu por violación y que ahora criticaba a los firmantes de un manifiesto en su defensa. Entre ellos, la actriz malagueña. Sin embargo, ¿qué dice el texto que desató la tormenta?
El escrito en cuestión se publicó el pasado 25 de diciembre, en pleno día de Navidad, a las diez de la noche. Fue el diario Le Figaro el que acogió las rúbricas de 56 personalidades asociadas al mundo de la cultura bajo el título: “No borres a Gérard Depardieu”. Desde el inicio mostraban su voluntad e iban de cara. “Somos artistas, escritores y productores de cine. Es en esta capacidad que nos expresamos aquí. No queremos entrar en polémicas y dejar que la Justicia haga su trabajo”.
“El cine y el teatro no pueden prescindir de su personalidad”
La voluntad del escrito es alejarse de las condenas sociales que recaen sobre el actor, que únicamente en 2023 ha acumulado en torno a una quincena de denuncias por “comportamientos sexuales inapropiados”, y centrarse en no menospreciar su rol como intérprete, pues le consideran “el último monstruo sagrado del cine”.
Según recoge el documento, “el linchamiento” y el “torrente de odio” del que, dicen, está siendo víctima ha llegado a un punto en el que desafía “la presunción de inocencia de la que se habría beneficiado, como todos los demás, si no fuera el gigante del cine que es”. En definitiva, resumen su mensaje en que atacar al actor de esta manera el “atacar el arte”.
De él dicen que contribuye a la influencia del arte y su historia en tierras galas “de la manera más alta posible”, labor que todavía hoy continúa haciendo. Y que por ello el país le debe mucho: “el cine y el teatro no pueden prescindir de su personalidad única y extraordinaria”. De hecho, llegan a afirmar que censurar al actor sería “una tragedia, una derrota” y, además, “la muerte del arte, la nuestra”. Finalmente hacen referencia a la imposibilidad de borrar su huella cinematográfica, que consideran irremplazable, y dejan el futuro lejano al arte en manos de, única y exclusivamente, la Justicia.
Entre los firmantes de este manifiesto se encuentran actores y actrices, pero también directores, guionistas, escritores, arquitectos, dramaturgos, productores, pintores y cantantes. Aparece Victoria Abril, pero no es el único nombre reconocible de la lista: Carla Bruni, Jacques Dutronc, Nadine Trintignant o Carole Bouquet son algunos de los que la acompañan en un manifiesto que sembró la polémica con la rapidez con la que un rayo cruza el horizonte en una noche cerrada.