MÚSICA
Antonio Orozco anuncia su retiro temporal
El cantante ha explicado en una entrevista para ‘La Razón’ que necesita alejarse de la carretera para pasar tiempo con su hija y buscar la creatividad.
Hay industrias que son comparables a la rueda de un hámster por aquello de la inercia que hace girar y girar el instrumento. El desgaste que deja esta imposibilidad de parar es grande. Y el mundo de la música es un perfecto ejemplo. A esta combustión artística hace referencia Antonio Orozco, quien ha anunciado en una entrevista para La Razón que va a alejarse un tiempo de la carretera y de los focos.
Lo hace estrenando La canción que nunca viste, un disco con el que celebra sus más de dos décadas de trayectoria en las que no ha parado “ni un minuto” y con el que busca marcar un punto de inflexión en su carrera. Un antes y un después. Un trabajo que recopila diferentes canciones de esta etapa y que cuenta con colaboraciones de la talla de Raphael, Pablo Alborán, Sebastián Yatra o Luis Fonsi, entre otros.
Los tiempos de un padre y de un compositor
“Estoy orgulloso de esto y voy a decir hasta luego para ver qué soy capaz de escribir y de encontrar y de preparar algo nuevo. No sé cuánto tiempo me tomará para volver renovado”, confiesa, reconociendo lo “agresivo” del plan, pero matizando que lo hace por la “responsabilidad super grande” que mantiene para con el público y consigo mismo. “Me voy a quitar un tiempo de en medio”, zanja.
Preguntado por una futurible preocupación por parte de sus seguidores, aclara que estos son “los tiempos que necesita un compositor”, que es “lícito” hacerlo y que, a fin de cuentas, lo necesita. “Hay un momento en la carrera de un artista que no tiene que andar demostrando muchas cosas, llevo muchos años viajando, otros 11 años en televisión y no tengo capacidad de procesar”, explica el también coach de La Voz, ejemplificando dicho desgaste en “estar todo el rato intentando encontrar la palabra correcta” y en “el tiempo justo”.
Y que su hija, de tan solo 2 años, también quiere estar con él. “Tengo ganas de una rutina normal, de familia. Las cosas básicas que una persona hace cada día. Hacer lo que hace cualquier persona”, expone, aseverando que rellenar el folio en blanco precisa también de esto. ¿Dónde irá? “A mi casa. A la habitación pegada a la de mi hija”, resuelve. Y no oculta su intención de pasar allí “meses, una temporada larga” para escucharla respirar de noche: “los padres que somos novatos acercamos el oído para ver si respiran, ¿lo sabías?”.