Antonia San Juan y su gran miedo en la actuación: “No es lo mismo un lapsus...”
La actriz ha confesado que le asusta “perder la memoria”, aunque admite que está tranquila: “Hay una cosa que se llama pinganillo...”.
Este miércoles, La 2 de TVE ha emitido una nueva entrega de ‘Las tres puertas’, el programa que presenta María Casado, y que ha tenido como una de las invitadas a Antonia San Juan, quien lleva en el mundo de la interpretación desde la década de los 90, y que viajó de Canarias a Madrid para cumplir ese gran sueño.
Un viaje que emprendió con apenas 20 años, y que no fue fácil. “¿Cómo fue esa llegada de Canarias? ¿Te costó mucho llegar a Madrid?”, le ha preguntado María, a lo que ésta ha respondido que lo más importante fue el apoyo de su madre: “Hay una cosa que siempre le agradeceré a mi madre. Me preguntó a qué me quería dedicar y le dije que a la actuación. Me dijo: ‘Aquí no hay nada. Te ayudo y te vas’”.
La ayuda de Verónica Forqué
Pero, en su llegada a Madrid, tuvo que hacer frente a un problema de salud que casi le cuesta la vida: “Yo estoy viva gracias a Verónica Forqué. Yo tenía 19 años, y con 17 o 18 me habían operado de apendicitis. Me dejaron una gasa dentro y esta se me coló en el intestino”.
Por ello, la actriz tuvo que pasar una larga temporada en el hospital, y fue Verónica la que la llevó: “Fue ella la que me llevó a La Paz. Estuve en la UCI como 25 días. Mis padres vinieron a despedirse, estaba muy mal. Cogí una infección en todos los órganos y estuve en coma como 20 o 25 días”.
La cosa no quedó ahí, pues Antonia logró superar este problema y retomó entonces su vida como actriz, la cual le ha llevado a lo más alto del cine español y a aparecer en tramas tan famosas como ‘La que se avecina’, donde interpretaba a Estela Reynolds.
Una trayectoria en el séptimo arte que no quiere detener, y es que ello le ha llevado a pensar en qué es lo que más teme, su mayor miedo: “El mío es es perder la memoria, pero con perder la memoria me refiero a esos tochos que yo me aprendía y me sigo aprendiendo”, ha comenzado explicando.
“Tenía una memoria maravillosa, ahora no la tengo igual. La memoria puede ser traviesa y dejarme en blanco. No es lo mismo un lapsus, que lo puedes tener encima de un escenario, a perder la memoria o que se vaya debilitando”, ha añadido.
Eso sí, también ha admitido que está tranquila por el momento: “El teatro es mi vida. Sin cine y tele, podría vivir. Sin teatro, no, pero como soy muy tranquila y muy paciente, y hay una cosa que se llama pinganillo...”.