Análisis del caso Alves por un abogado penalista: “Produce bastante desazón”
“Parece que se ha querido compensar el tiempo de prisión preventiva con una pena tan corta”, explica el letrado Ramón Amoedo.
Inés Guardiola, la última letrada en la que ha confiado Dani Alves, ha conseguido para él la tan ansiada libertad provisional, después de que el jugador fuese condenado a cuatro años y medio de cárcel, además de otros cinco de libertad vigilada, alejamiento e incomunicación con la víctima durante nueve años y seis meses, y una indemnización de 150.000 y el pago de las costas del juicio, por el delito de agresión sexual que este cometió la noche del 30 de diciembre de 2022 en el baño del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona.
A cambio de una fianza de un millón de euros, presentarse de forma semanal ante el tribunal y entregar sus dos pasaportes (el brasileño y el español), Alves deja atrás algo más de catorce meses de prisión preventiva en la cárcel barcelonesa de Brians 2. Tampoco podrá acercarse a menos de mil metros del domicilio de la víctima, de su lugar de trabajo y de cualquier otro sitio que pueda frecuentar, así como comunicarse con ella por cualquier medio.
Una libertad que ha suscitado todo un clamor tanto en su país de origen, Brasil, encabezado por el presidente Lula da Silva, como en gran parte de la sociedad civil que entiende con Ester García, abogada de la víctima, que se ha hecho una justicia para ricos.
Análisis de la sentencia
El abogado penalista Ramón Amoedo analiza la decisión de los jueces para AS: “El objeto de esta sentencia es un tema muy delicado. Viendo lo que son los hechos probados, considero que la sentencia impone una pena muy baja, sobre todo si la comparamos con las sentencias dictadas en otros casos en los cuales la conducta o lo que rodea la conducta de cualquier agresión son similares”.
Para este letrado, todos los delitos de índole sexual son “execrables”, pero más si cabe aquellos en los que se emplean la fuerza o hay una agresión violenta para con la víctima. Y para cómo fue el relato de los hechos de la joven, la pena ha sido “muy baja”.
“Es un tipo de delito supercondenable, como los delitos contra menores, y muy complicado, y ahora, con la reforma y la equiparación entre abuso y agresión, todavía más. No obstante, pienso que es más execrable o condenable si se hace utilizando la fuerza que si no. Pero es un delito con una horquilla de penas muy amplia. Hay una gran discrecionalidad en la imposición de las penas”, explica.
Asimismo, para Amoedo, el tribunal tampoco actuó bien con la posibilidad de considerar el abono de 150.000 euros como atenuante de reparación del año, ya que pocas personas tendrían al alcance de su mano el pago de “unas atenuantes muy cualificadas” de esta cantidad. “Comparando sobre todo con otros casos, produce bastante desazón por la diferencia de trato”, explica.
Pena corta para compensar la prisión preventiva
De acuerdo con la opinión del abogado, en este caso ha sido fundamental la prisión preventiva: “No en todos los casos se procede a dictar prisión preventiva. Aquí sí, por el riesgo de fuga. Era evidente que tenía un riesgo de fuga claro para eludir la acción de la justicia marchándose a Brasil”.
“Entiendo que el tiempo que ha permanecido en prisión provisional ha sido excesivo o largo en comparación con otros casos. Ha habido en este caso mayor sanción para el imputado, porque la prisión estaba amparada por el riesgo de fuga. Y parece que se quiera compensar ahora entre comillas con una pena tan corta. Y, claro, ahora sí se puede dictar auto de libertad bajo fianza, con las medidas habidas y por haber”.
No obstante, esas medidas no convencen a Amoedo: “Para asegurar que no haya huida la comparecencia debería ser diaria. El hecho de retirarle el pasaporte a alguien no es efectivo. Cualquiera puede salir de España o de Europa utilizando artificios”.
Justicia para ricos
Asimismo, Amoedo conviene con la abogada de la víctima en que se ha hecho una justicia para ricos. “Sí, totalmente. Esta persona pudo presentar en su momento 150.000 como responsabilidad civil, una atenuante muy cualificada. Otras personas no pueden dar esas cantidades. Lo común en estos casos es que oscilen entre 15.000 y 60.000 euros. Una fianza de un millón de euros está solo al alcance de los ricos”.
“Las fianzas son bastante discrecionales. Aquí entiendo que habrá acreditación de su patrimonio. Es decir, le han impuesto esa cantidad porque saben que puede abonarla y porque si elude la justicia le va a doler. Si te quieres fugar, por un millón de euros igual te lo piensas”, añade.
Una vez fuera de la prisión, Alves podrá disfrutar de unos dos años de tranquilidad, que es lo que se estima que tardará en tener una sentencia firme, ya que estos recursos van ahora al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y luego la decisión todavía puede ir al Supremo.
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