Ana Peleteiro: “Mi ex me obligó a dejar de seguir a todos los tíos del atletismo”
La deportista ha concedido una entrevista en la que habla sobre su “relación tóxica” anterior, así como de su experiencia en la maternidad, tras dar a luz en diciembre.
La de Ana Peleteiro es una historia de superación, y ahora, tras unos primeros meses difíciles después de a luz a su primera hija, Lúa, habla sin tapujos en una entrevista en la revista Yo dona sobre su maternidad sin frenar su carrera deportiva en la disciplina de triple salto y sobre su experiencia en el amor.
El también atleta Benjamin Compaoré es su actual pareja y padre de la pequeña Lúa, la primogénita para Peleteiro y su cuarta niña para él. Su historia sentimental con él se desarrolló en dos fases. “Tuvimos nuestra noche de pasión, pero él ya tenía una hija y yo tenía 20 años… No era el momento”, cuenta ella sobre su primer encuentro en 2016.
Años después Instagram volvió a unirlos. “Los dos veníamos de relaciones supertóxicas, de las que habíamos salido muy quemados. Y sin saber cómo, yo le seguí en Instagram, sin ninguna intención, y vi que él también lo hacía… Y pensé: ‘Anda, mira qué majo’. Antes yo ya lo había seguido, pero mi ex me había obligado a dejar de hacerlo a todos los tíos de atletismo”, cuenta la gallega.
“Benjamin me vio en los Juegos Olímpicos, cinco años después de nuestro primer encuentro, y se dio cuenta de que ya era una mujer. Yo lo vi en la pista, pero fue todo superincómodo porque me estaba poniendo ojitos delante de mi ex… Horrible. No hablamos. Solo cruces de miradas. Yo estaba intoxicada por mi relación y no era capaz de salir de esa rueda. Pero al final, ambos conseguimos salir de nuestras relaciones tóxicas al mismo tiempo. Y mi objetivo de seguir soltera durante al menos un año se fue a la porra. Lo estuve solo 15 días. Aunque de corazón y de mente ya llevaba sola mucho tiempo”, agrega.
Además, según la deportista, ambos forman un gran tándem. “Somos totalmente diferentes y eso hace que funcionemos muy bien como equipo. No hay envidias, siempre nos sentimos el uno muy orgulloso de los logros del otro. Nuestro objetivo principal es nuestra familia. Y buscar otro bebé en cinco años”.
Su adaptación a la maternidad
“Estoy entrenando al cien por cien. Obviamente tengo que adaptar un poco el entrenamiento a mi situación [fue madre el diciembre pasado]. He estado mucho tiempo sin hacer triple salto y tengo que fortalecer, prestar más atención a ese trabajo invisible que es el que te hace alcanzar la excelencia. Si haces estrictamente lo que te dice tu entrenador eres una más, si haces más, puedes ser mejor”, explica sobre su situación actual tras haber dado a luz.
“El primer mes lo dedicamos a adaptarnos a vivir con un bebé. Benjamin ya es padre, así que para él fue todo muy fácil y su experiencia ha sido muy importante a la hora de mi propia adaptación a la vida posparto, cuando nos quedamos solos con el bebé”, relata la de Ribeira. “Benjamin es muy calmado. Si yo me estreso, él siempre es: ‘Tranquilidad, no pasa nada’. Al principio me dediqué a Lúa casi al cien por cien. La idea era que Benjamin descansara para estar perfecto en pista cubierta. Y ahora que yo he vuelto y ya estamos ambos trabajando, en igualdad de condiciones deportivas, nos dividimos al cincuenta por ciento”, agrega.
Ana Peleteiro, la cabeza de familia
En la entrevista, Compaoré deja claro que la figura clave a la que hay cuidar en casa es Ana Peleteiro. “Benjamin me quiere dar a mí más importancia porque él está acabando su carrera y a mí me queda mucho por delante. Ambos somos conscientes de que yo soy de quien depende hoy en gran medida nuestra situación económica. Aun así, con Lúa nos repartimos al 50%. Yo me levanto por la noche para darle el biberón, y por la mañana es él quien la coge cuando se despierta, pasan su rato de papá-hija y yo duermo una horita más y me levanto entre nueve y nueve y media totalmente descansada y lista para empezar bien el día”, matiza ella.
Este esfuerzo brutal se debe a que la gallega no quiso posponer la maternidad y se quedó embarazada en uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. “La gente espera al final de su carrera para tomar la decisión de tener un hijo, cuando ya no estás en buena forma. Y yo eso lo tenía muy claro: no quería que mi maternidad supusiese detener mi carrera deportiva. Si a mí, con 37 años, me sale una bebé con cólicos, que no duerme, que llora, digo ‘paso de todo’. Si te sale un bebé así con 27 tienes fuerza para seguir haciendo deporte”, explica.
“Hay un mito y también hay mucho miedo. En mi embarazo, muchísimas mujeres, deportistas y no deportistas, me escribieron para darme las gracias por demostrar que sí es posible compaginar maternidad y deporte”, cuenta. “De hecho, salirme de este para ser madre aumentó mis ganas de volver. Ahora mismo soy lo primero madre, pero también soy deportista y mujer. Tengo que cuidar de mí. La maternidad te puede anular completamente como mujer y eso es algo que siempre he tenido claro que no quería que pasara”.
Asimismo, Peleteiro recuerda que no dejó nunca de entrenar, ni siquiera el día que se puso de parto. “De hecho, en pleno parto también entrené, para intentar que la niña se encajara. Pero nada, imposible, al final fue cesárea. Aunque cada vez hay más mujeres que entrenan en el embarazo, sobre todo chicas que se cuidan. Creo que está cambiando el chip y que el embarazo se está convirtiendo en una excusa para empezar a cuidarse”.
Las redes sociales
Sobre su experiencia en las redes sociales, Peleteiro saca pecho de la comunidad que tiene, donde apenas hay cabida para los haters. “Son muy pocos, la verdad. Tengo una comunidad en Instagram supersana. Gilipollas los hay en todos lados y de vez en cuando aparece alguno, de hecho tengo una sección donde expongo a mis haters, para que se les caiga la cara de vergüenza”.
“El otro día, a uno que me estaba faltando mucho al respeto, mandándome mensajes de odio, racistas…, lo denuncié. Fue la primera vez en mi vida que he denunciado y me alegro de haberlo hecho, porque en la policía me dijeron que esa persona estaba cometiendo tres tipos diferentes de delito y que sufriría las consecuencias”, sigue contando.
“A mí, al menos en redes, o me quieres o me odias. ¿Qué pasa? Pues que los que me odian mucho ya no me siguen. Sí lo hacen 360.000 personas, pero ven mi Instagram 100.000 más que no son followers. Está claro que hay mucha gente que quiere saber de mí, pero hay algo que no les encaja del todo. Lo prefiero, porque así mi comunidad es muy clean, muy chill, y la verdad es que se ve también a la hora de compartir contenido, porque dan mucho feedback”, zanja.