Alves cambia de estrategia: de ‘La Manada’ a una defensa técnica
Que Cristóbal Martell haya salido de la defensa del brasileño para darle la venia a Inés Guardiola supondrá también un vuelco en la táctica.
Estos días se conocía que Dani Alves había cambiado de letrado en su defensa en el caso que le mantiene en prisión provisional desde el 20 de enero, tras ser denunciado por una joven de 23 años que dice que este la agredió sexualmente en el baño del reservado de la discoteca Sutton de Barcelona.
Cristóbal Martell se salía así de la defensa del brasileño y le daba la venia a Inés Guardiola. Y aunque se especulaba acerca de que el reputado abogado lo hacía porque daba por perdido el caso, desde La Vanguardia se informaba de que este y su equipo se habían enterado precisamente a través del correo en el que la penalista les solicitaba esa venia.
Al parecer, la decisión la habría tomado el brasileño, quien estaría molesto por el hecho de que los diferentes recursos interpuestos por Martell para sacarlo de la prisión provisional no prosperasen. De ahí que se plantease el cambio de letrada y también de estrategia para abordar el caso, cuyo juicio se celebrará con toda probabilidad a comienzos del año que viene.
Giro de 180 grados
Este cambio a las puertas del juicio supone también un giro radical en la estrategia de defensa del exfutbolista del Barcelona, quien dirá adiós a la táctica usada en el caso de ‘La Manada’ para centrarse en la parte más técnica.
Hasta ahora, Martell estaba utilizando maniobras usadas por su colega Agustín Martínez Becerra en el caso de la violación ocurrida en los Sanfermines de 2016, que buscaban someter a la víctima a un desgaste poniendo en tela de juicio su relato y manteniendo una batalla legal con la prueba psicológica.
Se quería probar que el estado psicológico de la joven, quien se encuentra a tratamiento desde que ocurrieron los hechos, no era compatible con el de una víctima de violación, de forma que se minase su credibilidad, poniendo en duda también que el “flujo vaginal” de esta y las lesiones que presentaba correspondiesen con “un coito forzado”. Una estrategia, por otro lado, vista también en el caso de Santi Mina, cuyo equipo legal contrató el espionaje de la víctima.
Ahora, con Inés Guardiola al frente de la defensa del brasileño, se espera que se abandone esta agresiva estrategia y se dé paso a una de carácter más técnico, no centrada en desacreditar a la denunciante, sino en rebatir la pruebas de la investigación, tal y como cuentan en La Razón.