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Alba Carrillo desvela el síndrome que sufre por el distancimiento con su hijo

La exconcursante de ‘GH VIP’ confiesa que sufre “ansiedad” y “tristeza” cuando se marcha su pequeño junto a Fonsi Nieto, su padre, y sus hermanos de vacaciones.

Alba Carrillo asiste al estreno de la nueva película de la saga Minions, que llega a los cines con 'El origen de Gru', a 27 de junio de 2022, en Madrid (España)
CINE;PELICULA;PHOTOCALL;GENTE
Ángel Díaz Briñas / Europa Press
27/06/2022

Alba Carrillo y Fonsi Nieto tomaron caminos diferentes hace unos años con una ruptura sentimental que fue muy soñada en la prensa rosa. Además, la relación de ambos es notable y han preferido ostentar una buena armonía principalmente por su hijo Lucas. Sin embargo, la que fuera concursante de ‘Gran Hermano VIP’ desvela que sufre mucho cuándo el pequeño se va con su padre de vacaciones junto a sus hermanos.

La modelo asegura que su ausencia le provoca “ansiedad” y “tristeza”, pero presagia que esto va por rachas y que los primeros días no son fáciles. “No sabemos lo que es querer hasta que no tengamos un hijo. No sería nada sin mi hijo, es lo mejor que he hecho en mi vida, es el sentimiento más bonito, el miedo más grande”, manifiesta. Incluso, esta ‘depresión’ la lleva sufriendo desde que se separó de Fonsi Nieto hace diez años y confiesa que aún no lo sabe llevar psicológicamente.

El Síndrome del nido vacío

Carrillo afirma que el trastorno psicológico que atraviesa se debe al Síndrome del nido vacío, en el cual la ausencia temporal de un familiar o allegado propicia este problema. “Lo paso fatal porque le echo muchísimo de menos, se fue ayer y hoy estoy fatal. Y sé que está fenomenal”, explica. De hecho, la ausencia de Lucas le ha quitado las ganas de hacer planes con otras personas. “Me pasa siempre. La semana de antes estoy siempre pensando con quien voy a quedar. Luego resulta que se ha ido y no tengo ganas de hacer nada, me duele la tripa, como si me hubiera dejado el novio, muy mal”.

Incluso, hasta echa de menos la suciedad que recogía su vehículo por culpa de su hijo. “Odio llevar el coche limpio, no encontrar ninguna lata tirada o los papeles del sándwich, los cromos o lo que sea. Odio cosas tan tontas como llevar monedas en el monedero, siempre me las quita, no sé cómo se las apaña”, se sincera.